Menú
Ignacio Villa

¿De qué tienen dudas?

Zapatero y los suyos están intentando dejar pasar el tiempo para que el ambiente se vaya enfriando, evitando así optar por romper las negociaciones.

Si uno no quiere enterarse de algo, no tiene más que taparse los oídos y gritar mucho; parece exactamente eso lo que el Gobierno está haciendo estos días. La autoría del robo de 350 pistolas en el sureste de Francia hace casi un mes estaba desde el principio muy clara. El ejecutivo francés se la comunicó oficialmente al Gobierno español hace días, pero en Madrid han preferido hacer oídos sordos, mirar hacia otra parte y esperar que el ambiente político se tranquilice lo suficiente como para evitar hacer lo que cualquier gobierno democrático debería hacer para salvaguardar la libertad de los ciudadanos.

A nadie se le olvidan las palabras de Zapatero cuando dijo, inmediatamente después del robo de las pistolas, que si se confirmaba la autoría de ETA se tomarían medidas "en su momento". Ahora, el responsable de la Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida, dice que hay que "analizar la confirmación oficial de la autoría". Han pasado 27 días desde el robo, París ha confirmado la autoría etarra y el Gobierno sigue dando largas con la excusa de la verificación, lo que es una clara negativa a admitir que lo sucedido en Francia fue un robo de 350 pistolas por parte de ETA con el objetivo de asesinar con ellas, algo incompatible con cualquier "proceso" que quiera adjetivarse como "de paz". Zapatero y los suyos están intentando dejar pasar el tiempo para que el ambiente se vaya enfriando, evitando así optar por romper las negociaciones, algo que Zapatero no podría dejar de hacer si dejara que lo guiaran los parámetros normales por los que se rige cualquier democracia homologada.

Pero la situación es bien distinta. Gobierno y partido socialista siguen hablando con ETA, ignorando voluntariamente que los etarras están actuando en el territorio francés como si estuvieran planeando un futuro inmediato en el que volvieran a realizar acciones terroristas. ETA no cede en sus pretensiones de autodeterminación para el País Vasco y de anexión de Navarra, y además juegan con ventaja, a sabiendas de que tienen enfrente a un Gobierno encogido, acogotado y arrinconado por sus propias cesiones y sus evidentes cobardías.

Desde el PSE, el tal López sigue reprochando a la justicia que no esté colaborando con el proceso de rendición; desde el PSOE, Blanco comienza a hablar sin tapujos de un posible órgano común de vascos y navarros; desde el Gobierno, el propio Zapatero no duda a la hora de afirmar que el proceso de rendición debe continuar adelante.

Si en circunstancias como éstas en las que resulta imposible justificar una negociación con ETA el Gobierno está empeñado en seguir adelante es que, sin duda, ya ha pactado entregar todo a los terroristas. Parece evidente que Zapatero se ha entregado ya en sus brazos y ahora se deja llevar por un camino que no tiene una fácil marcha atrás. Todo vale, y cuando uno ha pactado con terroristas ese todo vale tiene un significado ante el que es difícil no echarse a temblar. Zapatero aguanta; no quiere romper las negociaciones bajo ningún concepto. Eso significa que lo peor está por llegar.

En España

    0
    comentarios