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Ignacio Villa

Hoy no toca libertad

ha decidido que los medios de comunicación no puedan entrar en la llamada

Hasta ahora era conocido el guante blanco –cuando no conchabeo– con el que desde una gran mayoría de los medios de comunicación catalanes se trataba al poder. Pasó en la época de Jordi Pujol y continúa ocurriendo con Pascual Maragall. Desde hace años se vivía, en Cataluña, un pudoroso "entendimiento" demasiado sospechoso entre prensa y poder. Este "entente" es lo que ha sido utilizado por el poder político para acallar críticas, para hacer desaparecer informaciones o para dibujar un ambiente irreal de tranquilidad en los momentos más complicados.
 
Así se vive en Cataluña desde hacía más de dos décadas hasta que ha llegado el desastre del Carmelo. Con los hundimientos de tierra que ha sufrido este populoso barrio de Barcelona, el actual Gobierno catalán ha demostrado su verdadera forma de hacer política. Con unas formas de verdadera dictadura, ha decidido que los medios de comunicación no puedan entrar en la llamada "zona cero" por una cuestión de seguridad. Dicho de otra forma, en Cataluña antes de informar –desde ahora– hay que pedir permiso al Ejecutivo de Maragall.
 
Así solventan los problemas los socialistas catalanes y los independentistas republicanos. Lo habían demostrado repetidas veces, pero lo ocurrido ahora confirma que esta gente, que se dice demócrata, es enemiga acérrima de la transparencia y de la libertad. ¿Tenemos un problema?, la solución es fácil: apagón informativo. Han prohibido la entrada de la prensa a la zona conflictiva. Sólo se servirán imágenes y fotografías oficiales. ¿Información libre? Nada de nada.
 
Pero es que la torpeza no termina aquí. Ahora el Gobierno catalán, en un reconocimiento claro de su error, se ha dedicado este miércoles a organizar una "excursión" por el barrio del Carmelo para maquillar esta tremenda decisión. ¿Se figuran que hubiera pasado sí el Gobierno de Aznar no hubiera dejado cubrir con libertad el desastre del Prestige o los atentados de la estación de Atocha?.

Maragall y Carod ya no tienen más cartas que enseñar. Ya se han descubierto totalmente. Faltaba estas maneras franquistas de control de los medios. Y ya lo hemos visto. ¿Qué nos falta por ver? Nada. Con estos la libertad es una reliquia del pasado.

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