Ya tenemos, aquí, la cruda realidad. Ya conocemos cuál es el fondo de la tan cacareada "regeneración democrática" del PSOE. Ya sabemos cuáles eran las verdaderas intenciones del Partido Socialista en esta triste historia de la Asamblea de Madrid. Cada día que pasa, los errores de Rodríguez Zapatero son mayores; con la estrategia de un verdadero inexperto el secretario general de los socialistas se ha imbuido en una carrera sin retorno que le coloca en una complicada situación en su candidatura de las generales en el año 2004.
El anuncio de Rafael Simancas de presentar su candidatura a la investidura desmonta cualquier crítica al llamado "golpismo" o "trama inmobiliaria"; deja ya en una evidencia incontestable que el PSOE fundamenta toda su táctica en "hacer tiempo", en "ganar semanas de calendario" para montar nuevas historias y para tapar en la memoria de los ciudadanos todo lo que está pasando. Una decisión poco explicable y muy difícil de entender.
Prolongar en el tiempo esta crisis institucional, provocada por dos diputados que estaban incluidos en las listas socialistas, sólo puede perjudicar al Partido Socialista. Por cierto, tres semanas después del inicio del escándalo de la Asamblea, el PSOE dice seguir investigando la famosa, pero desconocida, trama de especulación inmobiliaria del Partido Popular. Ahora nos dicen que "Pepín" Blanco está al frente de esa investigación. Desde luego, con este investigador poco podemos esperar. Los trabajos de búsqueda de esa "terrible" trama deben de estar siendo muy complicados, puesto que a estas alturas nadie ha ofrecido la más mínima pista. Eso sí, Rodríguez Zapatero, en su más puro estilo de amagar pero no dar, dice que están recabando pruebas muy impactantes y que incluso Ruiz Gallardón puede estar afectado. ¡Qué solidez! ¡Qué credibilidad! ¡Esos son datos! Sinceramente, ¡que torpeza!
Lo único cierto a día de hoy es que Rafael Simancas quiere ser presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid. Un presidente del que nadie podrá decir que busca lo mejor para los ciudadanos madrileños. Simancas, que parece no conocer a Tamayo y Sáez, que parece que él nunca los incluyó en las listas del PSOE y que parece que para él son unos recién aterrizados en la FSM, ahora está dispuesto a llegar al coche oficial con los votos de los dos "desertores". Lo dicho, esta es la regeneración democrática que propone el Partido Socialista; este es el nuevo estilo: ante los problemas, esconderse; ante las responsabilidades políticas, escurrirse; ante la corrupción, encender los ventiladores; ante la crisis interna, mirar hacia otra parte; ante la inoperancia, echar la culpa a los demás. ¿No les suena esta estrategia a puro "felipismo"? Estamos en lo de siempre, de regeneración nada de nada, más bien de-generación democrática.
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