Menú
Ignacio Villa

Las cinco claves de Aznar

El presidente Aznar, nuevamente, no ha defraudado. Aprovechando su intervención ante la junta nacional de su partido, Aznar ha cogido por los cuernos el envite soberanista del pasado viernes de Ibarretxe. En un discurso bien elaborado y cuidado en las formas, el Jefe del Ejecutivo ha ido desgranando punto a punto las cuestiones básicas de la propuesta realizada desde el nacionalismo.

Aznar ha fundamentado su intervención en cinco puntos básicos, que resumen la situación actual y la estrategia del Gobierno central ante las propuestas nacionalistas:

1. Los nacionalistas tienen como objetivo la imposición de un régimen excluyente.
2. No habrá margen para la ruptura con la legalidad.
3. La sociedad española evitará, con la ley, el desvarío de los fanáticos.
4. El País Vasco no necesita un pacto de convivencia, lo que hace falta es que, sencillamente, los nacionalistas estén dispuestos a convivir con todos.
5. Es necesario el compromiso y la colaboración de los ciudadanos vascos que quieren la paz y la libertad para el País Vasco.

En estos cinco puntos se recoge el estado de la cuestión y el camino que se debe seguir para reconducir la situación. Aznar, sin arengas ni bravatas, ha sido contundente cuando ha recordado a Ibarretexe que no habrá margen para la ruptura, que el Gobierno central no va a permitir la ilegalidad y que se emplearán a fondo los mecanismos del Estado de Derecho.

Claridad ante la duda. Sin bajar a más detalles, tampoco hace falta más concreción. Aznar ha estado bien, ha estado en su sitio. Con la fortaleza necesaria a la hora de exponer la actitud de su Gobierno, sin miedo para diagnosticar el fondo del problema y con las ideas claras para responder a las provocaciones, el presidente Aznar ha realizado una petición importante. Ha pedido a los ciudadanos vascos que colaboren para evitar las pretensiones nacionalistas. Es esa, quizá, una de las claves más importantes, decisivas en toda esta historia: la necesidad de un compromiso de muchos ciudadanos vascos anónimos, que quieren vivir en paz y que por miedo a las represalias prefieren mantener la discreción. Y es que el futuro del País Vasco depende de los políticos, pero depende especialmente de una rebelión civilizada de los ciudadanos, sin miedo, que no quieren seguir bajo la dictadura nacionalista de unos pocos.

En España

    0
    comentarios