¡Qué mal tiene que estar el Gobierno, para que ahora, tres años después, intenten colocar como tema estrella de la actualidad el hundimiento del Prestige! ¡Qué mal tiene que estar el Partido Socialista para que ahora resuciten la guerra de Irak! ¡Sólo falta que hablen del YAK-42! Aunque, a este paso, también podrían hablar de la piratería en el siglo XVI. Este Gobierno, más que gestionar la mayoría parlamentaria, busca y rebusca en el pasado lamentables historiadores del rencor y de la persecución!
Este fin de semana, el palacio de la Moncloa con la ayuda del Grupo PRISA y con el apoyo del líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, ha destapado las esencias de un Gobierno que se arrastra entre las encuestas lamentables, la corrupción de Montilla, el incendio de Guadalajara, los helicópteros de Afganistán y el derrumbe del Carmelo. La maquinaria de propaganda de Zapatero, en esta ocasión no ha puesto en marcha el ventilador, ha hecho algo peor: han recuperado viejas historias del Gobierno anterior cerradas y bien cerradas. Y lo han hecho con el único propósito de desviar la atención y de tomar algo de aire en una situación límite como la que se encuentran.
Rodríguez Zapatero está sencillamente bajo mínimos. Lleva casi dos años en el Gobierno y ante la incapacidad de hablar de su propia gestión ha decidido remover la del último Gobierno del Partido Popular. Zapatero se ha convertido ya en el peor presidente de la democracia, y lo intenta solucionar abriendo asuntos que incluso parlamentariamente están cerrados.
Estamos hablando de la "psicología del ciudadano tonto", el jefe del Ejecutivo es tan engreído, que piensa que los ciudadanos se van a creer esta nueva estrategia pasada y trasnochada de hablar de la historia. A los ciudadanos, y muy especialmente a sus propios votantes, les interesa lo de ahora, no lo de antes. El problema es que lo de ahora no hay por donde cogerlo. Y lo peor está por llegar. Esta semana Zapatero acude a Bruselas a un Consejo Europeo clave para los presupuestos comunitarios y para los fondos que van a llegar a España. La perspectiva no puede ser peor, gracias a la incapacidad de negociar de Zapatero podemos salir por la puerta de servicio. Pero no importa. Ellos a hablar del pasado. Y todo solucionado. Pero lo dicho: los ciudadanos no somos tontos.