Es difícil encontrar alguien que pueda hacer una política más rastrera. Un auténtica política de los bajos fondos. La maquinaria del Partido Socialista
-como era de esperar- se ha puesto en marcha. Van a explotar al máximo el accidente del Yakolev-42. Sin miedo y sin vergüenza los socialistas han iniciado una nueva ofensiva contra el Partido Popular y el gobierno de Aznar. Estamos asistiendo, una vez más, a la triste utilización del sufrimiento ajeno. Es el ejemplo más claro de la manipulación y de la demagogia política. Primero ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba y luego José Blanco los encargados de sacar esta vieja y sucia artillería; antes, el viernes, la vicepresidenta Fernández de la Vega y el ministro Bono se habían encargado desde la ¿independencia? institucional de desbrozar el terreno.
-como era de esperar- se ha puesto en marcha. Van a explotar al máximo el accidente del Yakolev-42. Sin miedo y sin vergüenza los socialistas han iniciado una nueva ofensiva contra el Partido Popular y el gobierno de Aznar. Estamos asistiendo, una vez más, a la triste utilización del sufrimiento ajeno. Es el ejemplo más claro de la manipulación y de la demagogia política. Primero ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba y luego José Blanco los encargados de sacar esta vieja y sucia artillería; antes, el viernes, la vicepresidenta Fernández de la Vega y el ministro Bono se habían encargado desde la ¿independencia? institucional de desbrozar el terreno.
Es cierto, nadie lo pone en duda, que desde el Gobierno del PP se pudieron hacer cosas mal o de forma precipitada en las semanas posteriores al accidente del Yakolev-42. De acuerdo. Pero eso no puede significar que más de un año después el Gobierno Zapatero primero y el Partido Socialista después hayan enarbolado aquel desgraciado accidente como una punta de lanza más para atacar, criticar y si es posible derribar todo vestigio sobre la gestión de Gobierno de José María Aznar. El PSOE se está equivocando al utilizar -sin escrúpulos- esta cuestión. Y además tienen el peligro, contante y sonante, de pasarse de frenada. Es más, tienen todas las papeletas para cometer un grave error político, que antes o después, terminarán pagando.