El primer enfrentamiento entre el candidato socialista a la presidencia del Gobierno y el líder del Partido Popular ha tenido un claro vencedor: Mariano Rajoy. El secretario general de los populares ha sacado los colores a Rodríguez Zapatero, y eso en un debate de investidura debería provocar mucha preocupación entre los socialistas. Rajoy le ha cogido la medida desde el primer momento al que va a ser presidente del Gobierno, un efecto psicológico que en política es muy importante, y más con una legislatura por delante.
Rajoy ha estado incisivo, ha estado claro en sus planteamientos, ha sacado su mejor sentido del humor parlamentario y ha sabido buscar el contrapié a Zapatero. Ha salido victorioso de un envite que era básico para su liderazgo en la oposición y que, además, marca un estilo y unas pautas de lo que deberá ser su trabajo a partir de ahora. El líder de los populares ha puesto contra las cuerdas a un candidato a la presidencia del Gobierno y ha dejado en evidencia la falta de concreción de Rodríguez Zapatero en las cuestiones capitales, la palabrería del líder socialista en los cimientos institucionales del Estado y las estrategias peligrosamente vacías en asuntos basícos para todos.
Es muy preocupante cómo el futuro presidente del Gobierno ha abierto el cajón de las reformas constitucionales, es muy alarmante la ausencia de una política económica seria y fiable, es muy llamativa la falta de coherencia en cuestiones como la guerra de Irak o el Pacto Antiterrorista. Sabíamos que Zapatero tiene muchas hipotecas y muchos cheques en blanco, pero pensábamos que en el debate de investidura podría taparlos, aunque fuera sólo por un día. Pero es que ni el día más importante de la legislatura ha sido capaz de ocultar todas sus miserias y limitaciones.
Si esto pasa antes de gobernar, ¿qué será cuando haya iniciado la siempre costosa gestión de Gobierno?. Zapatero será investido este viernes por una curiosa "macedonia" de partidos. Zapatero estará el sábado en La Moncloa, pero para empezar se ha llevado un considerable revolcón. Ha empezado de la peor forma posible la legislatura. Un aviso pasa sus propios diputados.
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