El presidente del Gobierno ha aprovechado la Ejecutiva de su partido celebrada este martes para encender la llama de los "fastos socialistas" en estos primeros cien días de Gobierno. Zapatero ha vuelto a repetir un discurso que ya suena a "pasado": "escuchad a los ciudadanos, no hagáis propaganda". Como golpe mitinero puede tener su fuerza, como programa de actuación para un partido en el poder resulta peligrosamente intrascendente. Y es que un partido que ha ganado unas elecciones y que por lo tanto ha formado Gobierno, su principal preocupación no puede ser el dilema entre hablar o callarse. El primer objetivo tiene que ser gobernar, poner los medios para que la economía mantenga la senda en la que se encontraba y cuidar el bienestar de los ciudadanos.
Durante estos cien días de Gobierno del PSOE, Rodríguez Zapatero desde luego ha cumplido uno de sus objetivos principales: desarrollar una frenética campaña contra el Partido Popular, dicho de otra forma articular una espectacular ofensiva de acoso y derribo contra todo lo que huela a los ocho años de Gobierno Aznar. Zapatero aconseja a los suyos escuchar y escuchar, y parece que se olvida que su obligación es trabajar y trabajar. Pero trabajar de verdad es armar un proyecto, desarrollar una gestión y contrastar un programa electoral. Gobernar es tomar decisiones mirando hacia el futuro y no recreándose en un pasado, que además en este caso ha sido claramente fructífero. El discurso revanchista y negativo del Gobierno ZP sobre el Gobierno Aznar muestra una clara debilidad de carácter y un paupérrimo ritmo de exigencia.