José Luis Rodríguez Zapatero ha dicho la semana pasada en el Senado que si ETA da un paso, la “democracia sabrá dar los necesarios para alcanzar la paz”. Su Fiscal General ha anunciado el próximo fin de esta “modalidad de terrorismo”. Entre coche bomba y coche bomba, siempre mirando bien en el mapa, Rubalcaba, de la Vogue y sus coros y danzas, hablan cual disco rayado de “tregua tácita”. Mentiras. Burdas y repugnantes mentiras. La ETA es el ejército de los nacionalistas en la sombra. Los avances del totalitarismo vasco se han producido gracias a la sangre de un millar de españoles, han dejado cuatro mil mutilados y los asesinos están donde siempre, armados hasta los dientes y sembrando el terror.
Lo siento por ZP pero Francia ha estropeado la edulcorada y beatífica visión gubernamental sobre los terroristas vascos. La policía gala ha descubierto el pastel, ha detenido a tres terroristas, dos de ellos capos del entramado de los pistoleros, dispuestos para matar. La banda amiga de Perpiñán seguirá haciendo lo que ha hecho siempre. Con una diferencia, ahora tiene a un presidente del Gobierno y a todos sus aliados dulcificando sus “acciones”. Ya no necesita aparato de propaganda. Para eso tiene a Zapatero, que todavía no ha condenado los últimos atentados, perdón “acciones” y a su Fiscal General con la coral de las Nekanes, Rovireches y Prisoes.