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Javier Fernández-Lasquetty

¿En qué quiere creer Ciudadanos?

Para tener un liderazgo verdadero y duradero hay que tomar posición en muchos debates, la mayor parte de los cuales son terriblemente incómodos.

De nuevo Ciudadanos se ha visto en problemas a causa de una aproximación a una toma de posición programática. En esta ocasión ha sido por una mención a copagos en sanidad o educación. Parece que cada vez que se les escapa una definición que se sale de lo políticamente correcto la reacción frente a la irritación de la corriente dominante sea plegar velas y tratar de que parezca que no se ha dicho lo que en verdad sí se ha dicho. Es una demostración más de lo que le espera en España a quien se salga de los dogmas generalizados. Pero Ciudadanos es un partido nuevo y que se presenta a sí mismo como alguien que viene a romper con lo que ya existe. ¿Por qué entonces no da la batalla en ese tipo de debates, en lugar de recoger velas y negar sus propias palabras?

Ciudadanos tiene muy clara su concepción de España como una nación unida, que no reniega de sí misma, y justifica esa defensa de la unidad nacional no solo por argumentos coyunturales o de conveniencia, sino como una convicción, como un principio en el que cree e invita a los demás a creer también. No es poco. Mejor dicho, es mucho. Pero no es suficiente para ejercer un liderazgo verdadero y duradero. Para tener ese tipo de liderazgo hace falta tomar posición en otros muchos debates, la mayor parte de los cuales son terriblemente incómodos para todo aquel que no se conforme con repetir los mantras de la izquierda biempensante. Y Ciudadanos, por lo que se puede ver de momento, no se está apartando de esos mantras.

Si lo hace por tacticismo, para evitarse problemas, mal camino lleva. Exactamente el mismo camino que UPyD, que se quiso poner del lado de todas las "mareas" antiliberales y ahora está al borde de la extinción. La gente huele de lejos cuándo un político no se quiere definir, o repite tópicos, por temor a entrar en debates. Lo huele y no suele gustarles nada.

Si la razón por la cual Ciudadanos se une al pegajoso consenso socialdemócrata es porque participa de él, y cree que con más intervencionismo las cosas irán mejor, entonces la cosa es distinta. En ese caso solo cabe decirle que ese espacio viscoso de la socialdemocracia buenista está literalmente atestado. Ahí ya no cabe ni un alfiler. De hecho, todos los partidos están ya en él, o de ahí hacia la izquierda. No serán distintos si opinan lo mismo que todos los demás sobre todo.

La política no es solo estar en el momento oportuno para denunciar lo que no gusta. La verdadera política, la que dura y deja huella, es la que parte de convicciones. Exige decidir si se quiere creer en algo, si se cree en la libertad o en la coerción del poder público. Si se quiere más responsabilidad individual o se prefiere una sociedad paralizada por los subsidios. Si se quiere un gobierno limitado, o un intervencionismo que le dicte la forma de vivir a cada persona. Es decir, si se quiere hacer política de la de verdad hay que tener ideales, no buenos deseos, que no es lo mismo. Y si no hay convicciones, o no se quieren tener para no meterse en problemas, el recorrido será corto.

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