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Javier Fernández-Lasquetty

¿Van a seguir pagando las facturas al gobierno catalán?

No hay autonomía si alguien te paga las facturas. Lo que hay es aprovechamiento.

No hay autonomía si alguien te paga las facturas. Lo que hay es aprovechamiento.
Carles Puigdemont y Mariano Rajoy | Moncloa

Una de las preguntas que nadie se está haciendo en todo este interminable curso electoral es si alguno de los partidos está dispuesto a tratar al gobierno de Cataluña como un poder autónomo. Autonomía debería significar responsabilidad. Las instituciones catalanas toman decisiones en uso de su autonomía, y muchas veces saliéndose flagrantemente de los límites de su poder. Pero lo que no hacen es responder de sus actos, sencillamente pagando el coste de sus decisiones.

No hay autonomía si alguien te paga las facturas. Lo que hay es aprovechamiento, engaño e irresponsabilidad. Las instituciones catalanas tienen poder para decidir la mayor parte del gasto público. Pueden subir los impuestos, o crear otros nuevos. Sin embargo prefieren no hacer nada de esto y no afrontar la impopularidad de sus decisiones. Nunca se ha visto a nadie que defienda tanto la independencia y se comporte tanto como dependiente.

Desde que comenzó la autonomía catalana hace 36 años la política de los sucesivos gobiernos ha sido una permanente conspiración contra la libertad individual y la propiedad privada. También ha habido conspiración contra el orden constitucional, y conspiración para delinquir, lo que sin duda es lo más grave. Pero junto a ello se han apoderado por la fuerza de millones de euros de los ciudadanos para gastarlos sin tasa ni medida. Y ni con todo eso han logrado el dinero suficiente como para pagar las facturas de sus excesos intervencionistas.

En este momento la Generalidad de Cataluña acumula una deuda de 72.283 millones de euros. El gobierno de Rajoy, Sáenz de Santamaría y Montoro no han hecho otra cosa que callar y pagar las facturas con el dinero de todos los españoles. ¿Ha servido eso para algo? ¿Ha reducido la Generalidad su desmesurado gasto? ¿Al menos ha dejado la agitación revolucionaria independentista? Todo lo contrario.

El independentismo tiene muchas consecuencias nefastas. Permite que se amenace con incendiar las calles de Barcelona, y de hecho incendiarlas. Permite ocupar casas y propiedades ajenas. Y además tiene un efecto paralizante sobre todos los partidos. Ninguno dice nada sobre lo que hará, pasadas las elecciones, con unas instituciones catalanas que se gastan un dinero que no tienen. A Rajoy ya le hemos visto lo que hace, pero a Ciudadanos no le hemos oído decir nada sobre esta cuestión, que es absolutamente central. Un gobierno que no exija a los políticos catalanes que se comporten como un poder autónomo, y por tanto responsable del pago de sus gastos, será de nuevo un gobierno sin autoridad para hacer que la Constitución se cumpla.

El Premio Nobel liberal James Buchanan decía que es necesario que exista una conexión real a los ojos de la gente entre gasto público e impuestos. En Cataluña hace ya mucho que eso dejó de existir. El nacionalismo se ha usado como coartada para actuar sin responder. Por eso el primer test para todos los partidos debería ser anunciar si piensan seguir pagando con el dinero de todos las facturas del gobierno catalán.

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