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Javier Pereda

Cristiano Ronaldo y su hijo

Con don Santiago Bernabeu o esto no hubiera pasado, o este jugador ya no estaría en el Real Madrid, al igual que Benzemá y otros jugadores, que no son ejemplo para los millones de jóvenes que se fijan en ellos.

El futbolista Cristiano Ronaldo ha emitido un comunicado en el que manifiesta que ha sido padre. Ha tenido un hijo con una camarera de un bar, en Los Ángeles, en una noche de diversión. Después de las pertinentes pruebas de paternidad, ha resultado ser el progenitor de esta criatura. El resto de la noticia es que, al parecer, ha comprado a la madre del niño para que no revele su identidad y renuncie al derecho de ser madre, ya que el niño estará bajo la tutela exclusiva del padre, y todo ello por 16 millones de euros.

Existe una esquizofrenia social por la que la actividad privada de cualquier personaje público –deportista, político, empresario, profesional– pertenece a su intimidad, por lo que es libre de hacer lo que quiera, siempre y cuando en su ámbito profesional desempeñe con éxito su trabajo. Sin embargo, esto no es así, cualquier persona tiene que ser ejemplar en su vida privada y en la pública o social, porque sus actos son referencia para los demás. Y no se puede deslindar la actividad privada de la pública en una persona ya que forman unaindivisibilitis unitas. Uno puede ser un excelente profesional, pero si en su casa no cumple con los deberes familiares, por ejemplo, la unidad de vida se resquebraja.

Estos hechos plantean –sin querer ser exhaustivos, y sin más datos al respecto– algunos interrogantes que pueden suscitar un sano debate: ¿Hasta qué punto se puede comprar la paternidad de forma exclusiva por uno de los padres, máxime si no se trata de una madre de alquiler o de una subrogación gestacional, figuras jurídicas estas contempladas en algunos países? ¿Acaso esa cláusula de rescisión de la paternidad de uno de los padres no se contradice con la Declaración de los Derechos de Niño, por el que éste tiene derecho a un padre y a una madre, salvo casos verdaderamente excepcionales? Y por último, ¿el dinero puede llegar incluso a privar al derecho del niño a que tenga su madre natural? En esta esperpéntica historia se da a entender que el poder del dinero puede comprarlo todo, incluso los derechos de un niño que estarían sujetos a transacciones económicas, como si de una mercancía se tratara.

Lo incoherente es que las veces de madre las harán la madre del futbolista y su hermana, ni siquiera el mismo padre se ocupará de educar al niño, ni su actual novia rusa. Al menos una cosa positiva –no poco importante– habría que sacar de esta luctuosa y poco edificante historia: la madre natural del niño no abortó. Lo que no sabemos es si no lo hizo por convencimiento personal, o porque pretendía sacar –como así ha sido– un buen "pellizco" al multimillonario futbolista.

Desde luego, con don Santiago Bernabeu o esto no hubiera pasado, o este jugador ya no estaría en el Real Madrid, al igual que Benzemá y otros jugadores, que no son ejemplo para los millones de jóvenes que se fijan en ellos, ni representan la imagen fiel de la historia de este club, en el que la calidad técnica del jugador, y también, y no menos importante, en la brillantez personal y humana integrada de valores, ha marcado un estilo de la excelencia que comienza a diluirse. Desgraciadamente, el fútbol –salvo honrosas excepciones– se ha convertido en un escenario de frivoleo y mercantilismo, cuando no de derroche económico, ayuno de valores y de formación, al que urge dar una orientación bien distinta.

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