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Castilla y León

Joaquín Galván Fradejas

Desarrollo paranoide compartido

Parece que nos encontramos ante un cuadro clínico que se adapta a lo descrito como folie à deux.

Es una forma clásica de enfermedad mental. Se trata de un trastorno en el que una figura dominante y enferma induce ideas delirantes en la persona o personas sobre las que influye de forma determinante. El enfermo, además de tener una personalidad marcada, induce el delirio en otros, para lo cual, el delirio tiene que ser coherente, es decir, creíble tanto por sus posibilidades como por la lógica de su presentación; así, por ejemplo, puede desarrollarse en alguien que tiene problemas con sus superiores y que en lugar de reconocer sus propios errores, considera que le tratan mal por envidia o por otro motivo más o menos lógico. Estas creencias se van ampliando en el tiempo y dan lugar a lo que en psiquiatría llamamos un desarrollo. Si en estas circunstancias tenemos a una persona próxima, con la que nos unen lazos afectivos y con una personalidad más débil, es fácil inducirle el delirio.

La clasificación internacional de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, en su clave diagnóstica F24 dice que se trata de un trastorno de ideas delirantes, poco frecuente, (en mi consulta de varias décadas sólo me he encontrado un caso) compartido por dos o más personas a las que unen estrechos lazos emocionales, aunque sólo uno de los afectados padece un autentico trastorno psicótico. Suele remitir en los que se les indujo cuando se les separa, siendo de naturaleza persecutoria o de grandeza y con una evolución crónica. Casi siempre las dos personas son familiares cercanos, aislados del entorno por su lengua, cultura o factores geográficos. Sigue diciendo la C.I.E. de la O.M.S. que las personas en las cuales las ideas delirantes son inducidas son también dependientes o tienen una relación de servidumbre con la que padece el trastorno. Como condiciones para establecer este diagnóstico, indica que deben compartir el mismo tema delirante y apoyarse mutuamente en sus creencias, compartir una relación extraordinariamente estrecha de dominio/dominada y la evidencia de que temporal y circunstancialmente, las ideas delirantes son inducidas en la persona pasiva por la persona activa.

La Asociación Psiquiátrica Americana en su clasificación estadística de enfermedades (DSM-IV-TR) comparte, aunque con menor extensión, los más arriba descritos por lo que considero innecesario repetirlos.

A expensas de lo que con posterioridad digan las investigaciones que se llevan a cabo y la valoración que puedan hacer los tribunales, parece por las informaciones que nos llegar a través de los medios de comunicación, en el asesinato de la presidente de la Diputación de León, que nos encontramos ante un cuadro clínico que se adapta a lo descrito en los manuales clásicos de la psiquiatría francesa como folie à deux. En efecto, madre e hija compartían piso en la ciudad de León donde habitualmente residían, salvo los fines de semana que parece que la madre marchaba al domicilio familiar de Astorga, con lo que los lazos que las unen, se refuerzan y apoyan mutuamente en sus creencias, máxime, al estar distantes durante toda la semana del resto de la familia, se habían sentido postergadas por la víctima en sus aspiraciones laborales estando pleiteando por presuntos agravios económico-laborales, todo ello suponiendo, no haya otros motivos más personales en la relación con su víctima y nos encontráramos con un delirio desde luego de persecución, celotípico profesional o de otra naturaleza, quedando aún por aclarar la relación que exista con la policía municipal si, como parece, está implicada en los hechos, en cuyo caso más que una folie à deux, nos encontraríamos ante una folie à trois.

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