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Joaquín Zepeda

Marcha global contra la globalización

Para el sábado 13 de septiembre está programada en Cancún la “marcha global contra la globalización”, como punto culminante del Foro de los Pueblos.

En una actividad paralela a la Quinta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), más de un millar de organizaciones no gubernamentales (ONG) se desplazarán desde diferentes lugares del mundo para participar en el Foro de los Pueblos, con el fin de oponerse al libre comercio y “proteger” la sociedad civil de los peligros de la globalización.

Para organizar el Foro de los Pueblos, los activistas antiglobalización utilizan las redes de telefonía internacionales, la Internet, video conferencias transatlánticas, teléfonos celulares satelitales, transporte internacional aéreo y marítimo, etc., es decir, todos los recursos que ofrece la globalización, pero su claro objetivo frenarla. Pero tal incongruencia es pálida comparada frente a actuaciones abiertamente delictivas que promueven y llevan a cabo estas ONG.

Las poderosas ONG ambientalistas, financiadas por los países industrializados que se reunirán en Cancún, tienen el objetivo de imponer agendas ambientales diseñadas en EEUU y Europa a los habitantes pobres de América Latina, Africa y Asia. No se trata de altruismo, sino de una poderosa industria de 4.000 millones de dólares en EEUU y un gigante internacional de 8.000 millones de dólares.

El más perverso ejemplo del trabajo de estas ONG ambientalistas es su oposición frontal al uso de alimentos modificados genéticamente (MG). Los alimentos MG constituyen una excelente alternativa para satisfacer las necesidades alimenticias de los países pobres. Se estima que en los próximos 15 a 20 años el precio promedio de los alimentos bajará de 10% a 15% como resultado de la producción de alimentos MG. La producción de estos ha aumentado de 1,7 millones de hectáreas en 1996 a 50 millones (de 0,1% a 3% del área cultivable del planeta). Además de reducir el uso de fertilizantes, químicos y pesticidas requeridos en la agricultura, los alimentos MG lograrán incrementar considerablemente el valor nutricional de las cosechas, contribuyendo significativamente a la salud y bienestar de la gente alrededor del mundo.

Pero las ONG ambientalistas, provenientes de países ricos, financian campañas de difamación y mentiras contra estos alimentos. Utilizando trucos publicitarios escandalosos, recurren a apelativos como Franken-alimentos (“si los consumes te volverás un Frankenstein”), en lo que las ONG han gastado 75 millones de dólares en los últimos 5 años. Evidentemente que ese dinero sería mejor utilizado en alimentar a niños hambrientos del Tercer Mundo.

Otros 500 millones de dólares fueron gastados, entre 1996 y 2001, por ONG autodenominadas “defensores de los pueblos” para atacar a la biotecnología. Pareciera que el objetivo es matar de miedo a los pobres del mundo antes de que estos mueran de hambre.

También hay motivos comerciales detrás de estas perversas campañas de terror y desprestigio de la ciencia. La oposición a los alimentos MG comenzó en Europa con un estudio sobre patatas MG que pretendía probar una cierta alteración en el sistema inmunológico en los animales de laboratorio y modificaciones en su tamaño. Aunque el autor del estudio no corroboró tales resultados en la publicación final y que tanto la British Royal Society como la prestigiosa revista médica “The Lancet” refutaron categóricamente tales conclusiones, las ONG ambientalistas basándose en la doctrina del “principio de prevención” –bajo el cual se congela cualquier adelanto que pueda asomar la posibilidad de amenazar la salud o el medio ambiente, aunque no exista ninguna relación causa/efecto– se han dedicado frenéticamente a obstaculizar la producción de alimentos MG. Claro, esos activistas están todos bien alimentados, pero ese no es el caso de los más pobres.

Esta oposición francamente inmoral a los alimentos MG prevalece hoy en muchas organizaciones ambientalistas. Uno de los fundadores de Greenpeace, el Dr. Patrick Moore, importante crítico de la organización que una vez lideró, subraya en la introducción al libro “Rules for Corporate Warriors” los enormes beneficios que los alimentos MG significan para el medio ambiente, la salud y la buena nutrición. El Dr. Moore se refiere a la actual guerra contra la biotecnología y los alimentos MG como “quizás el caso más claro de la historia de ambientalismo equivocado”.

Ojalá que las ONG en Cancún aprovechen su derecho a la libre expresión de manera civilizada, pacífica y racional, exponiendo argumentos razonados que soporten sus doctrinas, en lugar de utilizar los métodos que acostumbran: bombas incendiarias, destrucción de propiedad privada, golpizas y violencia.

Joaquín Zepeda es analista mexicano.

© AIPE

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