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John Stossel

Malas noticias para los agoreros

América no está en recesión, y quién sabe si tal vez tendríamos menos probabilidades de sufrir una si mis compatriotas se calmaran.

"Ha sido descrita como la crisis financiera más seria desde la Gran Depresión. Conllevará graves peligros para todas las familias americanas...," decía Martin Bashir en el programa Nightline. "La recesión se cierne sobre nosotros.... ". En el programa Today del 20 de junio, David Faber aludía a "la recesión... estos difíciles momentos económicos." Pero aún así, ese mismo día, el PIB era una vez más revisado al alza, hasta el 1%.

América no está en recesión, y quién sabe si tal vez tendríamos menos probabilidades de sufrir una si mis compatriotas se calmaran. Una recesión se define como dos trimestres de crecimiento económico negativo. Todavía no hemos sufrido siquiera uno. Es cierto que el crecimiento se ha ralentizado y que mucha gente está sufriendo a causa de la caída de los precios de la vivienda y del alza del precio de la energía y de los alimentos. Éstos son problemas reales, pero a juzgar por la televisión, cualquiera pensaría que sufrimos una recesión tan severa que debe ser comparada con la Gran Depresión.

¿Será que tal vez esté viendo la televisión cuando no debo, o simplemente me estoy quedando con datos sueltos? No. Un estudio del Business and Media Institute (BMI) concluyó que de forma continuada las cadenas ABC, la CBS y NBC "exageran los parecidos con la Gran Depresión". El BMI adoptó un método nuevo. Comparó la cobertura informativa de las páginas dedicadas a la economía de los diarios New York Times, Wall Street Journal y Washington Post del 28 de octubre al 3 de noviembre de 1929, más o menos el periodo durante el cual se produjo la quiebra de la bolsa, con la cobertura de ABC, CBS y NBC del 13 al 19 de marzo de este año. "Las diferencias entre cómo recogieron los medios de 1929 y de 2008 la crisis económica son profundas, los periodistas de ahora lo exageran todo." La cobertura de hoy en día es mucho más alarmista. En 2008, pocos reporteros señalaron "las diferencias entre la economía de hoy y la de los años más oscuros de la nación, o se molestaban en observar que América no sufre una depresión".

Permítanme detenerme aquí para repetir eso. No estamos en una depresión. Ni siquiera estamos en recesión. Informaos antes, colegas. Tendríamos que señalar que, al margen de lo que traigan los problemas de hoy, estamos lejos de revivir la Depresión.

Como señala Amity Shlaes en su libro The Forgotten Man: A New History of the Great Depression, que acaba de ser publicado en edición de bolsillo, en torno a noviembre de 1933 el paro había escalado hasta más del 23%. Piénselo: el 5% de paro hoy frente al 23% durante la Depresión. En medio del revuelo actual sobre "el colapso" de la bolsa, recuerde que durante la Depresión el Dow Jones se desplomó hasta 90 puntos, una pérdida de casi el 75% de su valor anterior. "La caída actual es a la Depresión lo que una llovizna al Katrina," dice Shlaes, miembro permanente del Council on Foreign Relations. "Durante la Depresión, América se enfrentó a una deflación. Literalmente no había suficiente dinero. La gente extendía sus propios billetes, dinero de juguete, para pagar sus facturas. En Utah, imprimieron una divisa llamada el Vallar. Hoy sufrimos inflación. Si este período se parece a otro, es a los años 70.

Las noticias positivas no encajan en este estilo. En el día que el Dow subía, escribe Dan Gainor, del BMI, "el reportero de la ABC Dan Harris parecía confundido durante... la emisión del noticiario World News de Charles Gibson cuando preguntaba: "el cielo no se hunde. ¿Por qué no?". Todas y cada una de las tres principales cadenas es culpable. Según el BMI, CBS fue la peor. Es algo típico de su cobertura informativa económica, añade el estudio. "El cronista de economía Anthony Mason incluso recibió el apelativo de "el recolector de infortunios" de su propia presentadora, Katie Couric." La co-presentadora del Early Show, Julie Chen, hablaba de 'una crisis financiera mundial'" como si una "crisis" fuera algo dado.

El estado de la información económica en este país es pésimo. Podríamos reírnos de ello si no fuera por sus malas consecuencias. Pero cuantas más son las personas que escuchan unas comparaciones tan inadecuadas, tanto más tienden a creerlas y a modificar su comportamiento a consecuencia de ellas. Por ejemplo, invirtiendo menos y asumiendo menos riesgos económicos, agravando así las malas condiciones económicas. No es ningún misterio que, comoinformaba Associated Press, "el consumidor norteamericano se encuentra en su nivel más pesimista desde el final de la última recesión prolongada." No estoy diciendo que la cobertura de 1929 fuera estupenda; echando la vista atrás, gran parte de ella pecó de inocente. Tampoco estoy diciendo que hoy no haya problemas económicos. Pero los problemas actuales no son excusa para que la prensa establezca comparaciones superficiales con la Gran Depresión.

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