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John Stossel

Matonismo regulador

Si el comercio no ha creado barreras de entrada, ni siquiera un solo vendedor de un único producto puede cobrar lo que quiera porque los precios injustificadamente elevados y los beneficios atraerán la competencia.

John, deberías escribir un artículo acerca de la fusión Whole Foods/Wild Oats y la continua intimidación de la Comisión Federal de Comercio un año después de completar la fusión. ¿Es Whole Foods un monopolio? La respuesta es evidente para cualquiera con sentido común: por supuesto que no. Representamos menos del 1% del mercado alimentario en Estados Unidos y menos del 10% del mercado de comida orgánica. Nadie está obligado a comprar en nuestras tiendas, y nuestra competencia está presente por doquier.

Ese es el inicio de un furibundo correo electrónico que recibí recientemente de John Mackey, director ejecutivo de Whole Foods. Desconozco las complejidades de la ley antitrust o los secretos de este caso, pero creo que Mackey tiene motivos para quejarse.

En los exteriores del edificio de la Comisión Federal de Comercio en Washington D.C., dos esculturas a juego resumen la postura del Gobierno hacia la libertad económica. Representan una figura musculada domando un caballo salvaje que presumiblemente provocaría daños masivos si se le dejara en libertad. El título es "El Hombre controlando el comercio".

Qué típico del Gobierno. El comercio es una actividad en la que dos personas obtienen un beneficio mutuo a través del intercambio voluntario. Es una situación en la que nadie pierde (de lo contrario no tendría lugar). Comercio es cooperación. Es la esencia de la civilización.

Pero la Comisión Federal de Comercio equipara el comercio con un animal salvaje que alguien (el Gobierno, por supuesto) tiene que controlar. Yo pensaba que la persecución de Microsoft era solamente el exceso común de los demócratas amantes de la regulación, pero al parecer no es así. Hasta los republicanos y los burócratas se dedican a intimidar a las empresas.

Hace un año, la Comisión Federal de Comercio ordenó a Whole Foods que detuviera su fusión con Wild Oats Markets. Un juez federal se negó a aceptar el caso y la fusión fue finalizada. Este verano sin embargo, un tribunal de apelaciones revocaba el veredicto de ese juez y ahora la Comisión ha reabierto el caso.

La Comisión Federal de Comercio sostiene que puesto que "Whole Foods y Wild Oats eran los competidores más directos en los supermercados orgánicos", la fusión significa por tanto "precios más elevados, menor calidad y restricción de las elecciones para el consumidor". ¿Pero por qué se fijan los burócratas exclusivamente en Wild Oats? La rama de las grandes superficies está saturada. Hasta el submercado de la comida orgánica y natural tiene una enorme competencia.

Entiendo el motivo de que la gente piense que la ley antitrust es necesaria. Tiene miedo a que las empresas se pongan de acuerdo para subir los precios. Pero si el comercio no ha creado barreras de entrada, ni siquiera un solo vendedor de un único producto puede cobrar lo que quiera porque los precios injustificadamente elevados y los beneficios atraerán la competencia. Lo que cuenta no es la cantidad de firmas en un mercado, sino al potencial para la competencia.

La única política "antitrust" que necesitamos es la derogación de todas las barreras gubernamentales de acceso al mercado.

Los abogados de la Comisión Federal de Comercio sostienen que la fusión Whole Foods-Wild Oats es cara para el consumidor. Pero parecen olvidar los costes que imponen sus propias políticas. Como me decía Mackey:

Whole Foods ha dedicado ya más de 35 millones de dólares a gastos legales para defenderse frente a la Comisión Federal de Comercio. No sabemos cuánto dinero del contribuyente ha desperdiciado la Comisión Federal de Comercio. Con la Comisión abriendo permanentemente expedientes legales anti-trust, vamos a gastar decenas de millones en costas legales adicionales y a despilfarrar un tiempo de gestión enorme tratando con la Comisión en lugar de generar riqueza para nuestros consumidores.

Los contribuyentes y los consumidores tendrán que sufragar esa factura, igual que sucedió cuando el Departamento de Justicia dedicó 13 años a hostigar a IBM antes de retirar por fin sus acusaciones de monopolio en 1982. Vaya desperdicio de tiempo y dinero. Si IBM hubiera tenido poder de monopolio, ¿por qué no fue capaz de hacerse con el mercado del ordenador personal? ¿Y por qué es ahora más pequeña que Microsoft?

Ahora que los medios anuncian a gritos "crisis económica" y los políticos de ambos partidos critican con saña a las empresas, presumo que veremos aún más restricciones destructivas. Si los burócratas profesionales de América se salen con la suya, van a regular hasta acabar con todo lo que América crea.

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