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Jonathan S. Tobin

Israel y los incendios terroristas

El odio ha vuelto a demostrarse un combustible formidable.

El odio ha vuelto a demostrarse un combustible formidable.
C.Jordá

La principal culpable de la oleada de incendios que ha asolado Israel ha sido la naturaleza, no un cerebro criminal o la falta de preparación de los primeros equipos de emergencias. Pero ha resultado igualmente evidente que el fuego se propagó no sólo a causa del viento y la sequedad, también a causa de una situación política incendiaria. Se quemaron unos 130.000 km2 de bosque y matorral en los Montes de Judea, cerca de Jerusalén, así como en la región de Haifa. Cientos de israelíes resultaron heridos (aunque, afortunadamente, ninguno murió), cientos de hogares quedaron destruidos y miles de personas tuvieron que ser evacuadas. Pero, por graves que fuesen los incendios por causas climatológicas, se agravaron por lo que era, según las fuerzas de seguridad, una oleada de fuegos provocados por palestinos de la Margen Occidental y por algunos árabes israelíes. Las autoridades informaron de la detención de al menos 35 sospechosos. Lasredes sociales palestinas también parecen haber desempeñado al menos un pequeño papelalentando los incendios, que fueron celebrados por muchos árabes.

Por escalofriante que pueda resultar la idea de que los terroristas utilicen fuego en vez de explosivos, probablemente sea un error caracterizar lo ocurrido como una "intifada de los incendios" organizada. Además de la ayuda que Israel ha recibido de amigos como Estados Unidos, la Autoridad Palestina también envió equipos para apagar los fuegos que pudiesen propagarse a los territorios bajo su control, y ayudó a Israel a sofocar un incendio provocado en un asentamiento de la Margen Occidental. No hay pruebas de un esfuerzo incendiario coordinado por parte de Hamás o de Fatah. Más bien, al igual que la denominada "intifada de los cuchillos", que Israel padeció a lo largo del año pasado (y que parece haber amainado), la voluntad de decenas de individuos de prender fuegos que dañaran a los judíos o destruyeran sus casas es el resultado de una cultura política palestina en la que se ensalza el odio y la violencia contra los israelíes.

Convendría que los líderes israelíes dejaran claro que los judíos no serán expulsados de su país ni con fuego ni con bombas. No es la primera vez que los palestinos utilizan el fuego como táctica terrorista, y probablemente tampoco será la última. Pero, si bien nadie debería subestimar la determinación de los israelíes de mantenerse firmes ante el terror, la lección de estas semanas es que el conflicto entre los dos pueblos sigue estando tan enconado que muchos árabes parecen seguir dispuestos a destruir el territorio antes de permitir que los judíos vivan en él en paz.

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