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Jorge Alcalde

Conducta de laboratorio

John Elster, psicólogo y sociólogo de la Universidad de Columbia se ha atrevido a cruzar una frontera peligrosa con su último libro, “Sobre las pasiones”. En él pretende buscar el sustrato común sobre el que se asientan las emociones humanas, las pasiones y las adicciones. No es una búsqueda sólo física, aunque buena parte del libro se dedica a estudiar la conexión entre fenómenos fisiológicos como el dolor o el placer y manifestaciones psíquicas como la conducta, la emoción o la cultura misma. Se trata más bien de una aproximación global al comportamiento humano, sobre todo al comportamiento más extremo.

Al final, el intento del autor es definir algunas circunstancias que participan en nuestros procesos cotidianos de elección, en nuestro libre albedrío. Es evidente que no siempre nos excitamos sexualmente porque queremos, que no elegimos el momento ideal para pasar miedo, que no nos vence la pena porque así lo hayamos deseado ni somos capaces de que aflore el optimismo en el instante que lo necesitamos. Todos ellos son procesos ajenos a nuestra voluntad en gran medida y sujetos a fenómenos físicos, cognitivos y culturales que son desentrañados en esta breve obra.

El libro, sin embargo, no ofrece muchas respuestas. Al contrario, se trata de un apunte sobre posibles preguntas, un esbozo de los caminos que debería seguir la ciencia de la psicología para responderlas. Es evidente que el conocimiento no siempre avanza a base de certezas. A veces es necesaria una mente fresca capaz de plantear la duda adecuada, la pregunta correcta. Es el caso de Elster cuando inquiere, por ejemplo, por qué el amor y las anfetaminas tienen efectos tan parecidos.

Podría desprenderse de esto último que el autor se apunta a la corriente reduccionista de buscar un origen bioquímico a todo acto humano, a toda pulsión y emoción. Pero nada más lejos de la realidad: lo que hace Elster es observar el fenómeno desde todos los ángulos posibles para concluir que ninguna explicación es válida por sí sola. La mente humana es demasiado compleja.

John Elster: "Sobre las pasiones: Emoción, adicción y conducta humana", Ed. Paidós. Barcelona, 2001. 208 páginas.

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