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Jorge Valín

Creando riqueza para todos

Ni los españoles ni los occidentales estamos como para que nos saqueen los frutos de nuestro trabajo y se lo vayan entregando a políticos extranjeros, suficiente tenemos en mantener a los nuestros ya.

¿Cómo se puede distribuir la riqueza? A los países occidentales nos va bastante bien. No sólo subsistimos sino que nos podemos permitir gran número de lujos. El dinero nos sobra y, como hay muchas injusticias en el mundo, es nuestra obligación que compartamos con los países menos afortunados nuestro dinero mediante programas de ayuda. Eso es solidaridad, le dirán los izquierdistas y los que ocupan posiciones políticas de centro.

¿Se crea riqueza de esta forma? No, más bien es el sistema por el cual todos podemos acabar arruinados. Las políticas redistributivas caen en el simplista tópico que la riqueza está dada y sólo la hemos de "repartir bien" o, como decía Marx, científicamente. Pero para que todos salgamos ganando hemos de crear y no repartir. El más apto para semejante labor es el libre mercado; no existe otro método mejor.

Por ejemplo, los políticos del gobierno americano están convencidos que la mejor opción para hacer desarrollar a los países pobres es mediante ayudas forzosas. Pocos americanos saben que 4.000 millones de dólares de sus impuestos se van directos al gobierno de China. Sí, Bush "el liberal" hace cosas tan poco liberales como esta. Tal vez piense que ese dinero incautado vaya a la población más pobre de China. Quien aún piense así, sobrevalora la política. Los gobiernos no dan, recaudan y se lo reparten entre ellos. En todo caso, el dinero destinado a la sociedad civil es de la propia sociedad, nunca del gobierno.

Todo el dinero que envía el gobierno americano a China es usado para mantener empresas estatales, como la China National Nuclear Corporation con actividades militares y civiles, comprar armas para el ejército, pagar a los burócratas, etc. Las ayudas son para financiar al propio gobierno, los pobres de China no ven ni un céntimo.

El libre mercado actúa diferente. Según Michael Strong, la multinacional de distribución Wal-Mart, mediante sus inversiones millonarias, saca de la pobreza en China a más de 450.000 personas anualmente, igual que tantas otras, como Coca-Cola, McDonalds, Nike o Walt Disney. Los emprendedores que se van a China no redistribuyen la riqueza, sino que la crean. Los salarios que pagan a sus empleados no sirven para engordar las cuentas bancarias de los funcionarios, comprar armas o subvencionar inútiles empresas estatales, sino que van directos a los bolsillos de personas humildes que trabajan cada día para sobrevivir.

El gobierno español no es diferente. El gobierno de Rodríguez Zapatero se ha caracterizado por ir dando dinero a países extranjeros sin ton ni son; incluso el presidente de Unió Democràtica, Durán i Lleida, se lo recriminó en una ocasión. La verdad es que si los ministros y ministras de ZP fuesen tan altruistas como quieren hacernos creer podrían regalar su dinero a los pobres del mundo. Ellos se lo pueden permitir, son ricos, pero no, prefieren sacárnoslo y enviarlo, no a los hambrientos, sino a gobiernos que lo destinarán a ganar sus disputas, ejércitos y cuentas en paraísos fiscales.

Ni los españoles ni los occidentales estamos como para que nos saqueen los frutos de nuestro trabajo y se lo vayan entregando a políticos extranjeros, suficiente tenemos en mantener a los nuestros ya. Sólo ellibre mercado crea riqueza, como se está viendo claramente con China e India. Las políticas de ayuda internacional estatales nunca han hecho emancipar a ningún país, sólo sirven para crear pobreza: la nuestra.

En Libre Mercado

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