Menú
José Antonio Martínez-Abarca

El sesgo torticero

¿Por qué el PP no dice que su acariciado "no" a la reforma laboral no es debido a que el Gobierno se haya quedado demasiado corto sino que lo que le tira es propalar que va contra los derechos de las ciudadanas y ciudadanos?

El partido de las trabajadoras y trabajadores, el PP, al parecer va a votar que "no" a la reforma laboral del Gobierno, por incompatibles pero iguales razones que los sindicalistas. Por "parcial, sesgado e incompleto". Que lo del Gobierno es una reformita a la que desde su presumible nacimiento le faltarán los órganos "compatibles con la vida" (como se suele decir modernamente), se sabía antes de empezar a redactarla, pero intriga el segundo término elegido por el partido de los ahora portadores de mantelitos palestinos para calificar este esperado papelito gubernativo: "sesgado". Es una palabreja tan usada tradicionalmente por la Casta y al menos tan divertida como aquello de "torticero" (de tanto éxito en el tardofelipismo para calificar precisamente al PP). Lo de torticero aún no ha aparecido en la relación de palabrejas contra la reforma laboral por parte del PP, pero lo hará pronto. "No" al sesgo torticero: éxito seguro.

Se supone que se refieren, en el PP, a que abaratar el despido es sesgado, pero no tengo tan claro que sea porque, como cabría pensar en una oposición liberal conservadora, les parezca insuficiente, temulento y cobarde. De hecho, la nueva tendencia digamos "callejera" del PP convida a pensar que lo que les parece el abaratamiento del despido es insolidario, abusivo y, ya que nos ponemos, capitalista salvaje. Propio de la Europa de los Mercaderes, que decía Morán, el de los chistes.

En realidad lo del mantelito palestino de María Dolores de Cospedal el otro día me creo que era un mensaje, un símbolo de los nuevos tiempos del partido, no ningún descuido estético. Alguien, al ir a hablar al país, cierto, se puede echar al cuello lo primero que pille a mano sin reparar en qué si es que el asesor Arriola no estaba despierto. Sin embargo, Cospedal, en la ya célebre aparición ante los medios, se notaba que llevaba muy cepillada la moda antisistema posterior al "cojo" Manteca: las tres puntas del mantelito canónicamente hacia abajo, en estudiada composición y perfecta simetría. Cospedal no llevaría ni una gola almidonada con tanta exactitud y propiedad. El lenguaje concreto de los signos es el que es y significa lo que significa, lo mismo en las tres puntas del mantelito como los tres dedos hacia abajo que eran signo secreto, para el reconocimiento entre iniciados, del Ku Klux Klan.

¿Por qué el PP no dice que su acariciado "no" a la reforma laboral no es debido a que el Gobierno se haya quedado demasiado corto sino que lo que le tira es propalar, ante el nuevo caladero de electores que tupirá las cerraduras con silicona durante la próxima huelga general, que va contra los derechos de las ciudadanas y ciudadanos? Porque lo que le pide el cuerpo al PP es denunciar el sesgo de la reforma del Gobierno, sí. Pero por vagamente derechosa.

En Libre Mercado

    0
    comentarios