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José García Domínguez

Hombre del año

mientras su propio organizaba la espontaneidad de la masa desde losgenoveses.com, lo que consultó ZP en el Espasa durante la jornada de reflexión fue esto: "Engañar. Dar a la mentira apariencia de verdad

"Consulté diccionarios para describir lo que pasó con el 11-M y el Gobierno del PP. La verdad es que engaño es el término adecuado". No lo asevera el jefe de gabinete del ministro Caldera, ese empleado del PSOE que convocó el asedio a las sedes populares desde Internet. No, son palabras de Rodríguez en la entrevista que concedió ayer a El Mundo. Así, mientras su propio organizaba la espontaneidad de la masa desde losgenoveses.com, lo que consultó ZP en el Espasa durante la jornada de reflexión fue esto: "Engañar. Dar a la mentira apariencia de verdad: su cara inocente engañaba a todo el mundo".
 
Aunque, antes de recalar en su hallazgo léxico, el presidente necesariamente hubo de toparse con las entradas inmediatamente anteriores a la que tanto lo satisfizo. Consecuentemente, debió retener: "Engañabobos. Persona que pretende embaucar o deslumbrar. Cosa que engaña o defrauda con su apariencia: este crecepelo es un engañabobos". Y justo una línea encima, su mirada asimismo habría de recorrer a toda prisa otra definición: "Enganchón. Acción y efecto de desgarrarse una cosa".
 
El enganchón de la nación más antigua de Europa, seguramente, se habrá votado ya en parlamento vasco cuando este artículo salga publicado. Si ocurre, Rodríguez continuará tranquilo y sonriendo a la cámara. Y será así porque aquella vez que consultó un libro, se cansó antes de llegar a la página 569. De ahí que no llegara al concepto "palabra", y siga ignorando a estas horas que tal voz no significa otra cosa que "sonido o conjunto de sonidos articulados que expresan una idea". Ocurre que Zetapé participa del gran temor de Octavio Paz, y también piensa que entre las palabras y las cosas, se extiende un abismo insondable y que quien se adentra en él, pierde la razón y enloquece. Por eso, nuestro muy cuerdo hagiógrafo de Sancho Panza huye de entrar en querellas dialécticas sobre si España ha de ser nación, nacionalidad, pedanía, comunidad de bienes o añoranza casposa de espíritus crispados.
 
"Estos cuatro años van a desembocar en un largo periodo de estabilidad territorial". No, tampoco lo sostieneelgenovés de Caldera en suwebgolpista. Ni la SGAE abonará derechos a los deudos de Cantinflas por la frase. Porque el autor intelectual de ese aserto también es el presidente; en confidencia privada se lo hizo saber a Victoria Prego. Volvamos al Espasa: "Territorio. Parte de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región o provincia". Rodríguez nos garantiza, pues, un futuro inmediato sin terremotos, hundimientos de montañas, subidas bruscas del nivel del mar, erupciones de volcanes ni desplazamientos de tierras. Respiremos aliviados: bajo su mandato el territorio no va a moverse de su sitio. Mas del enganchón nada dice. Sólo es una palabra, y esas abstracciones del lenguaje, como es sabido, no interesan al Hombre del Año. Por cierto, de eso también habla el Diccionario: "Hombre. Ser racional perteneciente al género humano, y que se caracteriza por su inteligencia y lenguaje articulado". No es un engaño. Lo dice el Espasa.

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