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José García Domínguez

Podemos ya manda en el PSOE

Podemos es un torpedo que va directo contra la línea de flotación del PSOE, no de ese vestigio último del paleolítico que lidera Cayo Lara

Pablo Iglesias, un hijo putativo de los recortes del Gobierno y los recortos del establishment mediático, ya está condicionando – y acaso para bien – la acción política del PSOE. La renuncia de esa apparatchik clásica, Susana Díaz, a librar la enésima batalla sórdida de pasillos y despachos por el sillón del Gran Inquisidor en Ferraz no se entiende sin la irrupción como elefante en cacharrería de Podemos. Suprema virtud de Iglesias , ha llegado para administrar una ración doble de su propia medicina a los demagogos de brocha gorda que abarrotan el foro público celtíbero. Porque el discurso bepegrillista contra la "casta" hace mucho daño en boca de un tipo lo bastante joven y lo bastante limpio como para resultar creíble. Podemos es Izquierda Unida usando la jerga del Tea Party.

He ahí la genialidad de Iglesias, proponer un programa de izquierda extrema apelando a la retórica de la derecha extrema. Algo tosco, cutre, primario, básico, simplista, emocional y populachero, sí, pero terriblemente eficaz por su adaptación a los códigos canónicos del lenguaje televisivo, el único que hoy entienden las masas. La charlatanería indocumentada y maniquea de las tertulias de la telebasura elevada a programa de partido. Y funciona. Claro que funciona. Podemos está segando la hierba bajo los pies de lo que aún queda de la socialdemocracia en España. Hasta un 25% de los antiguos votantes del PSOE podrían desfilar en fila india tras ese flautista de Hamelin con coleta, a decir de la última encuesta de El Periódico.

Podemos es un torpedo que va directo contra la línea de flotación del Partido Socialista, no de ese vestigio último del paleolítico que lidera Cayo Lara. De ahí que, al final, haya devenido ineludible elegir al jefe en unas primarias contra el unánime parecer de barones y baronesa. Es evidente, el PSOE nota ya el aliento de Iglesias en la nuca. Y cuanto ocurra en los próximos tres meses será determinante a ese respecto. Monedero, hombre en extremo lúcido, lo ha entendido: si Podemos cae en la tentación de convierte en la izquierda de Izquierda Unida, será flor de un día. Si por el contrario recurre, como hasta ahora, al impacto de la demagogia transversal en una sociedad adocenada intelectualmente por los medios audiovisuales, el PSOE puede temblar. Otra política es posible, sí, pero será peor. Pronto lo veréis, queridos aprendices de brujo.

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