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José Luis Ayllón

200 años de reformismo y libertad

Hoy, más que nunca, necesitamos de ese espíritu reformista y regenerador. Hoy, más que nunca, es necesario fijarnos en aquellos compatriotas que demostraron que el ansia de libertad es el punto de partida hacia el éxito

Este año los españoles celebramos el bicentenario de la promulgación de la Constitución de Cádiz. Fue el principio del constitucionalismo español y un punto de referencia para muchos países que dieron, en esos tiempos, los primeros pasos hacia la democracia, a través de un modelo político basado en derechos y libertades que hasta entonces eran inexistentes. 

Hace doscientos años, España pasaba por una de sus peores crisis políticas, sociales y económicas. Con un ejército extranjero que ocupaba la mayor parte de nuestro territorio, contra el que los españoles se alzaron, en defensa de nuestra independencia y soberanía nacional.

Y fue en ese momento de gran dificultad cuando los diputados que representaban a los "españoles de ambos hemisferios" –como reza el primer artículo de la Constitución- se reunieron en Cádiz para redactar un Texto de reafirmación nacional, que alumbró nuevos derechos para los ciudadanos y que supuso el fin del Antiguo Régimen en nuestro país y el comienzo de una nueva era.

Hoy día, cuando nuestro país atraviesa por un momento convulso, marcado por una grave crisis económica que afecta a toda la sociedad, es importante volver a tener presente el ejemplo que supuso el proceso de aprobación de la Constitución del Doce. 

El mundo ha cambiado mucho en estos doscientos años y sigue cambiando cada vez más rápidamente. Los liberales de Cádiz supieron adelantarse a los cambios y hoy España debe volver a adaptarse a los nuevos retos para volver a salir de este nuevo antiguo régimen que ha hecho perder a muchos españoles su derecho al trabajo y a la mayoría de los jóvenes sus oportunidades de futuro.

Hoy más que nunca, necesitamos de ese espíritu reformista y regenerador. Hoy más que nunca, es necesario fijarnos en aquellos compatriotas que demostraron que el ansia de libertad es el punto de partida hacia el éxito y que las reformas son los pasos necesarios para llegar a buen puerto.

No podemos aferrarnos a la resignación ni podemos conformarnos con aquello que nos ancla al pasado. Tenemos que poner en marcha los cambios necesarios para que los españoles vuelvan a recuperar el futuro. Será difícil, pero es posible. Y ahora, como en Cádiz, todos juntos podemos lograr vencer las dificultades que asedian a nuestro país. Hoy nos sentimos orgullosos y conmemoramos los avances que nos aportaron aquellos españoles desde el Oratorio de San Felipe Neri. Estoy seguro de que mucho antes, los españoles volveremos a sentirnos plenamente satisfechos de haber hecho hoy las reformas exigentes que devolverán a España al lugar que le corresponde en el mundo.

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