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José Luis Roldán

La Junta, encubridora de la UGT

La Junta de Andalucía no ha iniciado ningún procedimiento sancionador a la UGT por el expolio de los fondos públicos.

La Junta de Andalucía no ha iniciado ningún procedimiento sancionador a la UGT por el expolio de los fondos públicos.

Dice el PSOE, por boca de su secretario de Organización, que las denuncias de la prensa sobre los trapicheos —seamos benévolos, llamémoslo así— de la UGT forman parte de una campaña de acoso y derribo de la derecha contra las organizaciones sindicales. ¡Cómo no! Nada de eso nos sorprende, lo sorprendente es que a estas alturas (es decir, después de 35 años) todavía haya ingenuos que no los conozcan. Por otra parte, conviene recordar que la UGT es el sindicato del PSOE, ¿qué van, pues, a decir ante la llamada de la sangre?; y, sobre todo, lo que no puede olvidarse es que en este rosario —perdón, para el caso mejor decir chorizo— interminable de rapiña y fraude está detrás la Junta de Andalucía, o sea, el PSOE de Andalucía.

Estos mandamases del PSOE son tan estúpidos —es decir, tan sectarios; pues es sabido que el fanatismo nubla la razón— que son incapaces de ofrecer un mensaje coherente. Así, no pasan ni tres días del discurso de condena y de expresar las mejores intenciones cuando, negando la realidad u obviándola, que es peor, les vemos asomar las garras lobunas por debajo de la piel de cordero.

Aunque, para mi gusto, si hemos de elegir, yo prefiero este discurso al de doña Susanita; el de Óscar López me parece auténtico. Es el discurso del PSOE, transmite lo que verdaderamente piensan. Ya lo dijo Revel, tienen una idea tan alta de su propia moralidad que casi se creería, al oírlos, que vuelven honrada la corrupción cuando se entregan a ella. El robo es de derechas. Lo de ellos, los socialistas, es redistribución de la riqueza. Política social. Y, como mucho, meras irregularidades; cosa de cuatro golfos, que ya no son… que ya no están… Sólo habría que ponerle música y sonar las maracas; parece un bolero.

Lo prefiero, digo, al cacareo fatuo y mendaz de la Shoshi de Triana (que así dicen que le dicen en su barrio, porque, en su sencillez, va saludando "¿Qué pasa, shoshi?"): "Estoy haciendo frente a la corrupción que es lo que tengo que hacer. Dije que no me temblaría el pulso y estoy dando muestras de transparencia y de recuperar hasta el último euro de los fondos públicos". Palabrería hueca, nadería, cacareo que no va acompañado de hechos, ni de verdad.

Parece haberse puesto de moda celebrar las perogrulladas de la estrella de Triana, como sucediera otrora con el Míster Chance de León, como si se tratara de sesudas y originales reflexiones. Se olvidan estos biempensantes de los hechos (son los hechos, estúpido). Y los hechos son los siguientes: la Junta de Andalucía no ha iniciado ningún procedimiento sancionador a la UGT por el expolio de los fondos públicos. No sólo no ha abierto expediente alguno, sino que sigue alimentando opíparamente a su criatura. Y, peor aún, trata de engañar a la ciudadanía haciéndole creer que está usando todos los instrumentos jurídicos a su disposición. Está confundiendo intencionadamente al público. Está manipulando. Está mintiendo.

El ciudadano normal no tiene por qué saber que una cosa es un "expediente de reintegro" y otra bien distinta un "expediente sancionador". La normativa aplicable establece:

La obligación de reintegro se entenderá sin perjuicio de lo previsto en la Ley General de Subvenciones en lo relativo a infracciones y sanciones administrativas en materia de subvenciones, si concurriesen las acciones y omisiones tipificadas en la citada Ley.

Es decir, que si se ha cometido alguna infracción, con el reintegro de lo percibido no basta. ¡Estaría bien! Sería como si al ladrón sólo se le condenara a devolver lo robado.

Pues bien, da la casualidad de que las acciones de la UGT publicadas por la prensa caen de lleno en el tipo de infracción descrita en el artículo 58 de la Ley General de Subvenciones:

Constituye falta muy grave: b) la no aplicación, en todo o en parte, de las cantidades recibidas a los fines para los que la subvención fue concedida.

Además, añade la ley que estas conductas serán sancionables "incluso a título de simple negligencia". O sea, ni siquiera es preciso para incurrir en falta que exista dolo o intención de defraudar.

Entonces, ¿ha hecho la Junta de Andalucía lo que está obligada por la ley a hacer, como dice su presidenta? No. ¿Lo hará? No.

La Junta ni cumple la ley ni la cumplirá; ya que ello supondría tener que incapacitar a la UGT para recibir ayudas o subvenciones públicas (no sólo de la Junta) durante un plazo de hasta 5 años. Se helará el infierno antes de que la Junta de Andalucía y su presidenta apliquen la ley en todo su rigor. Antes veremos a la infanta en la cárcel que a la Junta abriendo un expediente sancionador a la UGT.

Así pues, me parece que no nos excedemos si le decimos a doña Susana lo que la gallina de la fábula le dijo a la rana: Parlera, ya que no pones ni siquiera un huevo, deja al menos de croar noche y día.

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