Ser el mejor lateral derecho de la Bundesliga 2012/13 podría ser suficiente garantía como para ocupar esa demarcación en el Real Madrid. Tener veintiún años (cuando comenzó la temporada), era un seguro garantizado para ser observado con lupa y criticado por imberbe al más mínimo error, más aún a un nivel de exigencia como el del club de Concha Espina.
La temporada del debut como merengue de Dani Carvajal (Leganés, 11 de enero de 1992) está siendo de notable muy alto, y seguramente con la sensación de estar in crescendo según avanzan los meses, más aún tras la lesión de Álvaro Arbeloa hace unas semanas, que le puso en el centro de todas las miradas.
Y eso que el comienzo fue complejo. En aquel partido inaugural en que un fantástico Betis (qué lejos le quedará aquello ya a la afición verdiblanca) tuteó y de qué manera al Madrid en el Bernabéu, Carvajal sufrió lo indecible ante Cedrick en la banda por la que llegó la mayor parte del peligro de los sevillanos, incluido el gol de Jorge Molina. Con el paso de las semanas, el madrileño fue encontrándose más seguro en el carril derecho, siendo el habitual titular de Carlo Ancelotti especialmente en los partidos jugados en casa, toda vez que no era extraño ver a Arbeloa de salida en los partidos más complejos, principalmente como visitante. Y el ex del Bayer Leverkusen cada vez destacaba más, especialmente en sus aportaciones ofensivas, donde es, no cabe duda, uno de los mejores laterales de la competición.
Sin embargo, lo más meritorio del número 15 blanco ha llegado tras la lesión de Arbeloa, justo a las puertas de la recta decisiva de la temporada. La prueba era de aúpa, especialmente por el nivel de los partidos que tenía por delante el cuadro madridista. Bien es cierto que ante el Barça en el Bernabéu la conexión Iniesta-Messi le encontró algún agujero, más es justo reconocer que, a día de hoy, Dani Carvajal ya ha dado muestras más que sobradas de su capacidad para ser el lateral derecho del Real Madrid para las próximas 10 temporadas, tanto por su proyección ofensiva, como por su capacidad atrás, donde sus errores se cuentan cada vez más con los dedos de una mano. La visita liguera al Calderón, la final copera en Mestalla, o los últimos partidos de Champions dejan un poso de confianza para con el canterano, que además incluso se ha estrenado en su faceta de goleador con dos tantos en las últimas semanas.
Probablemente, ya sabemos, nadie es profeta en su tierra, y si Carvajal fuera centroeuropeo o brasileño, qué se yo, tendría algo menos complejo dejar de tener la eterna duda sobre él, pero para mí se ha ganado más que de sobra el crédito necesario, más aún porque con veintidós años recién cumplidos sólo se puede crecer si su nivel de profesionalidad es el debido, y no me cabe ninguna duda de que va a ser así.
Pero es que, ampliando un poco las miras, sorprende pensar que parece que Dani Carvajal apenas entra en las quinielas mundialistas. Con Arbeloa aún lesionado, los mejor colocados para la lista definitiva parecen Azpilicueta y Juanfran, con la eterna opción de Sergio Ramos como comodín que puede ocupar dicha demarcación. Hace unas semanas, en Tiempo Extra, tras el derbi liguero en el Calderón ante el Atlético, el lateral blanco, con el discurso bien estudiado, no quiso mostrarse especialmente expectante ante la opción de estar en Brasil. No sé si habrá llegado su momento o no, pero sí creo tener claro que cuando Del Bosque le dé una oportunidad, España habrá encontrado su 2 para la próxima década.