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José María Albert de Paco

Llamando a la tierra

El llamado "proceso soberanista", o “proceso” a secas, tendrá al menos la virtud de hacer añicos el mito de la moderación catalana.

El llamado "proceso soberanista", o "proceso" a secas, tendrá al menos la virtud de hacer añicos el mito de la moderación catalana. No, no lo digo por que Otegi participe en esa Comisión del Derecho a Decidir que es en realidad una comisión por el derecho a decidir. Al cabo, en el mismo instante en que Artur Mas, haciendo suya la retórica proetarra, resolvió internacionalizar el conflicto, dejó abierta esa posibilidad. Se trata, claro está, de un escándalo, como hoy afirmaba Victoria Prego en El Mundo, pero no sólo por lo que Otegi hizo o dejara de hacer; también por lo que hace. O, más precisamente, por lo que dice. No en vano, el Parlamento catalán se dispone a darle voz a un individuo que no hace ni tres días declaró que el derecho a decidir es una vía de agua en la España de la Transición. A un tipo, en suma, que considera que el vector más atrayente del derecho a decidir (lo que le pone, vaya) es su contribución a la fractura del Estado español.

Sin embargo, si les hablaba de la templanza como quimera no era por Otegi, impermeable a esa clase de categorías, sino por la campaña El món ho ha de saber (El mundo tiene que saberlo), promovida por la revista de divulgación histórica Sàpiens (Grup Cultura 03), que, dicho sea de paso, recibió en 2012 una subvención de13.815,91 euros (las otras dos cabeceras del grupo, Descobrir Catalunya y Cuina, recibieron, respectivamente, 12.511,94 y 12.732,22 euros. Ya saben, la sociedad civil). La campaña, les decía, se llama El món ho ha de saber, y consiste en el envío del libro Catalonia calling, editado por la propia Sàpiens, a 10.000 personalidades, seleccionadas por los promotores entre los listados de los premios Oscar, Bafta, Pritzker, Goncourt, Booker, Cervantes o Príncipe de Asturias.

En Estados Unidos, por ejemplo, han recibido el libro (o, en cualquier caso, la llegada del paquete postal es inminente) Woopie Goldberg, Viggo Mortensen, Tim Burton, Oprah Winfrey, Barack Obama, Beyoncé, Lady Gaga, Marilyn Manson y otros 240 famosos. Sí, yo también me muero de ganas de mirar por la cerradura y espiar qué demonios hace Marilyn Manson con su ejemplar de Catalonia calling, cuya sección más pintoresca, sin duda, es una entrevista (¡entrevista!) al exdiputado del PSC Germà Bel, azote de la España radial, y cuyo logro más cualificado, ahora lo sabemos, es la probabilidad de que Beyoncé le vea el careto.

Obviamente, y dado que estamos en Cataluña, el envío no es gratis. Cuesta, como poco, 15 euros, y en su modalidad premium, 50, lo que da derecho, además, a una camiseta y una suscripción de un año a una de las revistas del grupo.

Aunque, bien pensado, qué más da la cordura si, a cambio, la independencia desbanca a la guerra civil como principal industria cultural española. Y, como aquel que dice, sin bajar del autocar.

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