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José María Marco

Los cristianos en el Estado judío

En Israel hay unos 161.000 ciudadanos cristianos, el 2,1% de la población.

En Israel hay unos 161.000 ciudadanos cristianos, el 2,1% de la población.
C.Jordá

El pasado 9 de marzo, la Knesset (el Parlamento israelí) aprobó una primera versión de una ley que castiga los actos en contra del alistamiento voluntario en las Fuerzas Armadas (UD), con las mismas penas que se aplican a quienes incitan a no cumplir el alistamiento obligatorio. Mientas que los israelíes judíos tiene que cumplir 36 meses en las Fuerzas Armadas, los cristianos israelíes están exentos del servicio militar (como los ultraortodoxos), pero pueden enrolarse voluntariamente.

Lo que parece un privilegio no es considerado como tal por todos los israelíes cristianos. El alistamiento ha ido en aumento desde que en 2012 se creó el Fórum para la Movilización de la Comunidad Cristiana. En vez de los 30 israelíes cristianos que venían integrándose cada año en las Fuerzas Armadas israelíes, desde entonces se han ido integrando entre 100 y 150 por año. Uno de los promotores de esta iniciativa es el sacerdote ortodoxo Gabriel Nadaf, empeñado en la completa integración de los cristianos en Israel. En otra iniciativa apoyada también por el padre Naddaf, el Estado ha empezado a conceder becas a los veteranos cristianos del Ejército israelí.

No es un hecho tan irrelevante como las cifras dejan suponer. En Israel hay unos 161.000 ciudadanos cristianos, el 2,1% de la población. La mayoría, unos 120-130.000 (75-80%), son palestinos cristianos. Hay entre 30 y 40.000 cristianos israelíes (20-25%) procedentes de la antigua Unión Soviética o del bloque soviético y que no siempre revelan su condición de cristianos. Y según fuentes católicas, hay además alrededor de 150.000 inmigrantes, con o sin permisos, procedentes de Asia y de África, en situación precaria o relativamente precaria.

Legalmente, y teniendo en cuenta que en Israel existe libertad para practicar cualquier religión que se quiera, los cristianos forman parte de las religiones reconocidas por el Estado de Israel. Para todo lo concerniente a cuestiones como bodas y divorcios, el Estado de Israel reconoce diez denominaciones cristianas: ortodoxos, ortodoxos griegos, católicos griegos, católicos romanos, ortodoxos armenios, católicos armenios, maronitas, ortodoxos siros, católicos sirios, católicos caldeos y evangélicos anglicanos. (Las otras confesiones evangélicas, que suelen apoyar activamente a Israel, son muy minoritarias y están fuera del sistema.) En su mayoría, los cristianos israelíes son árabes adscritos a la Iglesia griega católica, la Iglesia griega ortodoxa y la Iglesia católica romana.

No hay posible comparación entre la situación de los cristianos en Israel y en el resto de los países de Oriente Medio, cada vez más convulsionados por el radicalismo islámico. Según el Pew Research Center (The Global Religious Landscape, de 2012) tan sólo el 0.6 % de la población Cristiana mundial vive en Oriente Medio y el Norte de África. Los cristianos son el 4% del total de la región, cuando hace un siglo eran el 20 por ciento. (En Gaza, la población cristiana se está desplomando en los últimos años.) Es la minoría Cristiana más reducida del mundo, en un proceso que continúa, excepto en Israel. En varios de los países de la región, los cristianos están en peligro de desaparición. El cristianismo podría desaparecer de algunas de las zonas en las que nació la religión cristiana, en particular Siria. Este proceso ya lo vivieron en su tiempo los judíos, que pudieron refugiarse en Israel, si es que no abandonaban la región. Se puede dar la circunstancia de que si los cristianos no desaparecen de Oriente Medio, será gracias al Estado de Israel y a los judíos.

No deja de haber problemas. Aunque las relaciones con el resto de la población israelí son buenas, ha habido ataques a instituciones cristianas por parte de ultraortodoxos judíos radicalizados. Sobre todo, los cristianos viven bajo un Estado cuya relación con la religión viene determinado por su naturaleza judía, y en una sociedad en la que la religión judía juega un papel central, aunque no haya esfuerzo de asimilación y el Estado democrático y liberal garantice la diversidad religiosa. Desde esta perspectiva –por ejemplo en un reciente conflicto planteado por las escuelas cristianas acerca de las subvenciones que reciben del Estado-, son los cristianos los que podrían verse tentados de reivindicar una organización menos confesional del Estado. Está por ver, sin embargo, si un Estado a la europea, sin vínculo alguno con la religión, sería capaz de garantizarles la supervivencia ante la presión de los vecinos y del terrorismo yihadista, ya sea el de Hamas, el de Hezbolá o el de los nuevos grupos.

Otro punto de conflicto precede de la relación con los árabes, grupo al que se suelen adscribir los cristianos israelíes. Poblaciones que antes eran de mayoría cristiana, como Belén, son ahora de mayoría musulmana. Y es de aquí donde los cristianos sufren una presión mayor, por la progresiva radicalización no controlada, más bien al revés, por la Autoridad Palestina. Se explica así la tendencia de los cristianos a manifestar su lealtad a Israel, que es lo que está en el fondo de la integración de los cristianos en el Ejército. Por su parte, la disposición del Estado de Israel a facilitar la integración indica la necesidad de aumentar la base de reclutamiento del Ejército, pero también una mayor inclinación al reconocimiento de la diversidad de la sociedad israelí. En septiembre de 2014, el Estado de Israel reconoció la minoría aramea como una nacionalidad propia, y no como árabes. No fue un gesto bien acogido por muchos árabes israelíes (también cristianos). Evidentemente, también es una forma de promover la diversidad en la comunidad árabe. Israel, un país unido por la religión, la democracia y la economía de mercado, está muy lejos de ser una sociedad homogénea.

© Revista El Medio

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