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José Vilas Nogueira

La incesante mendacidad del PSOE

Con el PSOE no acontece lo mismo. Su práctica mendaz es más perversa. La mentira de hoy suele ser distinta de la mentira de ayer. A veces, ni veinticuatro horas dura una mentira antes de ser reemplazada por una alternativa.

Non turpe est mentiri in publicis rebus, tituló Raymond Polin su colaboración a un libro colectivo sobre Lenguaje y política. Reducidos a este enunciado, abstracción hecha del discurso y el propósito del autor, se podría considerar al filósofo y moralista francés como uno de los principales mentores de las prácticas del PSOE. En efecto, no hay partido ni grupo político conocido que mienta tanto.

Es tal la variedad y profusión de sus mentiras, que la mendacidad es su única naturaleza. Desnudado de sus mentiras nada queda del PSOE, salvo los modelitos de la vicevieja. No es un partido sino una banda facciosa sin otro propósito ni otra política que la detentación del poder. No es socialista sino un grupo presto a enriquecerse merced al poder, empresa que requiere menos esfuerzo y supone menos riesgo que dedicarse a los negocios. No es obrero sino refugio de gentes de clase media, ya estén ausentes de competencias profesionales, ya dotados de ellas en proporción inferior a su codicia. No es español, sino aliado de los liquidadores de España, a cambio de perpetuar su detentación del poder.

Ciertamente, muchos partidos y regímenes políticos precedentes se han fundado sobre la mentira. Pero, por lo general, esta mentira era unidimensional, y se encarnaba en un mito fundacional. Y en la misma medida en que este mito ("la sociedad sin clases", "la superioridad de la raza aria", etc.) era desmentido por la realidad y se alejaba de los verdaderos propósitos de los gobernantes, se multiplicaba en cascada de mentiras subalternas. Pero el sistema de mentiras oficiales mantenía consistencia lógica. Las mentiras subalternas no contradecían la mentira fundacional, y cuando perdían su utilidad justificativa, el proceso de sustitución estaba sujeto a deliberada reflexión.

Con el PSOE no acontece lo mismo. Su práctica mendaz es más perversa. La mentira de hoy suele ser distinta de la mentira de ayer. A veces, ni veinticuatro horas dura una mentira antes de ser reemplazada por una alternativa. Por ejemplo, una mentira que ha tenido mucho éxito es que el PP, resentido por haber perdido las elecciones, se opone a todo lo que hace el Gobierno. Se ha convertido en un partido de extrema derecha, en un partido antisistema, que requiere de un "cordón sanitario", en expresión de un ilustre titiritero, gremio de lumbreras muy adicto al PSOE. Estos propósitos han tenido mucho eco en la opinión pública, muy irritada por la "crispación" de la derecha.

Pero hoy el presidente del PSOE ha dicho en un mitin que no. Que el PP sólo hace oposición a la política antiterrorista; en los demás cuestiones no hace oposición. Naturalmente, la nueva mentira no se le ha ocurrido al menguado Chaves. Ya lo había anticipado anteayer la vicepresidenta del Gobierno y el ministro Rubalcaba (el cambio, quizá obedezca a estrategia electoral). La supuesta constatación, ¿mejora algo la percepción del PP por los socialistas? Quia, ¿cómo va a mejorarla? El PP, resentido por haber perdido las elecciones, se opone a la política antiterrorista del Gobierno, una cuestión de Estado en la que no cabe el disentimiento partidista, como consecuencia de haberse convertido en un partido de extrema derecha, en un partido antisistema. Sólo ETA, Batasuna y algunos otros nacionalistas (que no son extremistas ni antisistema) están legitimados para discrepar de aquélla política (y cómo discrepan estos caballeros). Estos propósitos tendrán mucho eco en la opinión pública, muy irritada por la "crispación" de la derecha.

Mientras tanto, nuestra opinión pública está menos alerta que el tópico avestruz. Me temo que si despierta, ni opinión, ni pública va a ser. Sólo resta desearle felices sueños.

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