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Juan Carlos Girauta

Divorcios a la catalana

Se ha dicho que Cataluña sufre un íntimo divorcio, el que separa a su clase política y a su ciudadanía con un abismo insondable. En realidad los divorcios son varios, solo que los divorciados se toquetean cuando hace falta y se quedan tan anchos.

Observa Sirera que el primer acto electoral de Josep Antoni (ay) Duran i Lleida ha sido sumarse a una manifestación separatista. Efectivamente, ahí es donde el de Unió se siente a gusto, por mucho que en ocasiones se pronuncie en contra de la independencia de Cataluña. Lo que prima en el núcleo duro de Unió es el odio a España. Un odio muy educado y calculado, pues con las cosas de comer no se juega. Pero ahí está Duran, una vida entera en misa y repicando.

Se ha dicho que Cataluña sufre un íntimo divorcio, el que separa a su clase política y a su ciudadanía con un abismo insondable. En realidad los divorcios son varios, solo que los divorciados se toquetean cuando hace falta y se quedan tan anchos.

Hay un vistoso divorcio en el Gobierno de la Generalidad. Una mitad grita en la calle exigiendo el "derecho a decidir" como solución a los problemas infraestructurales que su propia inoperancia tontiverde ha desatado. Otra mitad se queda en casa a ver el fútbol. Les incomoda acaso la posibilidad de que alguien les recuerde cómo su jefe, siendo alcalde de Cornellà, convenció al ministro de Fomento para que el AVE atravesara Barcelona. O bien el plan era malo, y Montilla, Corbacho y Clos se equivocaron forzando el cambio el trazado... o bien el plan era bueno y las obras se están llevando a cabo con incompetencia supina. Busquen donde busquen al culpable, siempre les saldrá un socialista. O a una.

Otro divorcio es el de CiU. No me refiero a sus dos partidos, sino al quebrado segmento social que los sostuvo durante casi un cuarto de siglo. Sus apoyos eran tan amplios que resultan sencillamente incompatibles con eso que ahora llaman "soberanismo" y que es separatismo con corbata. Sólo hay que ver los estudios demoscópicos. El independentismo no pasa en Cataluña del veinte por ciento. Y se supone que los votantes de ERC están ahí dentro. ¿Dónde bucea Mas?

También hay individuos muy influyentes que se han divorciado de sí mismos y se llevan la mar de bien, sin pelearse frente al espejo. Defienden a la vez a la izquierda y a la derecha, promueven el separatismo desorejado y la recuperación de competencias para el Estado. Alojan y pagan un sueldo a opinadores amenazantes y hacen lo mismo con una parte de los que estos llaman "Brunete mediática". Se divierten un montón apostando a los treinta y siete números de la ruleta. Aunque necesitarían unas lecciones de cálculo de probabilidades si no desean dilapidar su fortuna.

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