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Juan Carlos Girauta

En enero veremos

El costalazo zapatero será pirueta con mantenimiento de la compostura o será descalabro fatal; depende de los dos debates televisados con Rajoy. Lo veremos a la vuelta de la siesta navideña y su resaca. Recojámonos entre tanto. Feliz Navidad.

Correrá el alboroto navideño, se aventará el paisaje enrarecido, respiraremos hondo y ahí estará de vuelta la realidad a punto de campaña electoral, el Gobierno de un Adán tirando a Caín con sus moratinos desatinando, sus malenis deshojando el solecismo y el calendario ferroviario, sus agropecuarios vendiéndonos conejos en crisis, sus rubalcábicas fuerzas perdiendo el resuello para seguir el ritmo policial del presidente francés, que de las cosas de interior sabe lo suyo y de las interioridades carlabruniescas espero que también.

No cambiarán de cantinela los sociatas porque se les ha rayado el disco de la memoria histórica y del sectarismo histérico. Un disco que grabó el presidente desafinado y que ahora va a gravar una SGAE convertida en ZGAE, zafiedad general de autores y editores. Y por ese gravamen se le van a escapar a las izquierdas los nuevos votantes. Con dos millones ya de internautas organizados y enojados, la bolsa humana imprescindible formada por la muchachada entre dieciocho y veintidós –menores de edad cuando el 11-13 M– le va a dar la espalda a Z. Ni siquiera hace falta que voten en masa a Rajoy, aunque muchos lo harán, pues esos jóvenes no desencriptan los códigos gastados de sus mayores, que son los sobreentendidos de la prensa toda y del establishment entero. Con que se abstengan por el mosqueo del canon basta para desequilibrarle las encuestas cocinadas al CIS, alta cocina estadística, y para que España despida a Z hasta con elegancia: gracias por todo majo, no hace falta que vuelvas.

Y entre los mayores que no quieren probar nunca más el conejo, los universitarios cibernautas que han hecho de la eliminación del canon digital una cuestión de principio, los cuatro votos por aquí y tres por allá que la izquierda va a perder con la UPD y los Ciudadanos, una parte del cinturón industrial barcelonés que ante Montilla se le agría la expresión, y acaso un principio de fin de régimen andaluz, los desagües son tantos que Z puede tirarse el 9 de marzo a una piscina con menos agua de la que prevé.

El costalazo zapatero será pirueta con mantenimiento de la compostura o será descalabro fatal; depende de los dos debates televisados con Rajoy. Lo veremos a la vuelta de la siesta navideña y su resaca. Recojámonos entre tanto. Feliz Navidad.

En España

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