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Juan Carlos Girauta

La bola de nieve

La bola de nieve engorda y acelera, amenazando con una avalancha –esta sí– nacional. En Andalucía ya rugen los montes. Y en la Diagonal los bolsillos.

Siendo los prolegómenos del referéndum estatutario de lo más desconcertante, no lo son menos que el proceso todo, la etapa completa de aceleración histórica que puso en marcha el establishment catalán cuando CiU perdió el cap, es decir, perdió "la cabeza" y perdió "el jefe", Pujol, por jubilación. Y cuando el PSC perdió los papeles y la identidad, con separatistas y eco-comunistas apuntándose a un bombardeo, a ver que caía.

A poder ser, que cayera el PP, por lo pronto. Y con ese único objetivo, que jamás nadie pudo soñar tan cercano (salvo los terroristas del 11-M y sus sembradores de pistas falsas, que vienen a ser lo mismo), se inventó la necesidad perentoria, insoportablemente urgente, del nuevo estatuto, ese clamor popular que sólo percibían los futuros alfrombrables o moquetables y sus muchos y ávidos hermanos. Y, por no ser menos, la destetada CiU. O sea, que el tetrapartito advirtió el clamor popular porque tiene el oído muy fino para el tintineo de las monedas. Y nadie más. Bueno, sí, La Caixa, como curioso efecto secundario de una picazón de la cosa venal.

Como los disparates, cuando se les deja rodar, crecen como bola de nieve, de momento nos enfrentamos a una consulta en que los separatistas quieren meter en la urna sólo la puntita de la papeleta. La única manera que tenía el no nacionalismo catalán de evitar que esos malabaristas hambrientos, con catorce siglas intercambiables, se colgaran de la solapa los síes, los noes, los votos nulos y blancos y, si me apuran, la abstención (culpa, ya verán, de no haber alargado dos horas la jornada) era presentarse en una plataforma única por el "no". Populares y Ciutadans de la mano.

Habría tenido todo el sentido, pues sus razones para rechazar el bodrio estatutario son prácticamente las mismas, y no prejuzgan tomas de posición ideológicas posteriores. Pero no ha podido ser. Quizá cuando la muy esforzada y loable gente de Ciutadans de Catalunya consiga decir "España" sin ponerle un artículo delante y un adjetivo calificativo detrás. Por cierto, si es así, que le enseñen el método a la plana mayor del PPC, que viene rilada.

La bola de nieve engorda y acelera, amenazando con una avalancha –esta sí– nacional. En Andalucía ya rugen los montes. Y en la Diagonal los bolsillos.

En España

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