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Juan Carlos Girauta

La representación

¿Están o no están las socialistas? ¿Firman o no firman? Ay que sí, que sí, ay que no, que no, que tú a mí no me quieres como te quiero yo.

Inconcebiblemente el Estado se va a rendir ante un puñado de pistoleros. Está por ver que se rinda también la nación. A lo mejor la presente ofensiva contra la construcción jurídico-política del Estado nación la tiene que resolver, contra todo pronóstico, el segundo elemento del binomio. Así nació a fin de cuentas la España liberal a principios del siglo XIX tras la traición de los dos borbones más orates que han conocido los siglos: con la nación por delante del Estado.

Como hay ciertas vilezas que avergüenzan incluso al PSOE –aunque todo es cuestión de tiempo–, acabamos de asistir a uno de esos momentos de la representación en que, si no hubiera mil muertos entre el público, estallaría la carcajada. Sindicalistas socialistos y sindicalistos socialistas se hacen un lío y no saben si hay que reconocer ya en público, o todavía no, la existencia y el tenor de un documento, comunicado o manifiesto que aporta su granito de arena a la estrategia de la claudicación. Otro tanto sucede con la proclama de las parlamentarias vascas. ¿Están o no están las socialistas? ¿Firman o no firman? Ay que sí, que sí, ay que no, que no, que tú a mí no me quieres como te quiero yo.

Los titulares de Justicia e Interior se encargan mientras tanto de desmentir sin desmentir –de confirmar sin confirmar– la hoja de ruta hacia ninguna parte que previamente ha filtrado a los medios el PSOE o el gobierno (cuando los socialistas gobiernan, esas dos cosas siempre se confunden). Filtración que tiene varias funciones, como los teléfonos móviles: por un lado sirve de globo sonda, a ver cómo reaccionan a la píldora la opinión pública y la opinión publicada; a la vez levanta expectativas que se espera aplaquen la indignación y la tensión de las víctimas, los amenazados y la sociedad aún no aletargada. Es decir, intenta desmovilizar a los que han de acudir a la manifestación del día 25. Otra posible utilidad de la filtración es enviar a la ETA mensajes de aceptación pública, de acatamiento, de obediencia: ¿veis como vamos reconociendo en público lo que os hemos dicho en privado?

La filtración incluye, entre otras vergüenzas, la idea de las dos mesas. Dos negociaciones que son la misma pero que conviene formalmente separar,como sabemos, por un biombo. Y ahí está la clave, el precio político que la ETA va exigir y los que recogen nueces van a gestionar. La compensación innombrable: autodeterminación, Navarra.

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