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Juan Carlos Girauta

Programación para la Ciudadanía

Prejuicio, sesgo y secta mueven a los muñidores de la asignatura, cuyo peligro no está en su nombre ni en su existencia (por lo que se agradecería a Savater y otros que dejaran de refutar lo que nadie sostiene) sino en sus específicos contenidos

A Carlos Fernández, que imparte cursos a profesores de Educación para la Ciudadanía y es autor de un libro sobre la asignatura, hay que leerlo, y después hay que meter su doctrina en una máquina imaginaria que produce ejemplos análogos a los suyos, pero con el color ideológico cambiado.

Donde Fernández dice que Irak se invadió “con la inestimable colaboración de nueve millones de españoles votantes del PP” (coincidiendo con la lógica de la campaña de odio lanzada por un PSOE en la oposición contra un segmento entero de la sociedad), le aplicamos la máquina analógica y da esto: los asesinatos de los GAL y el asalto sistemático al erario que caracterizaron el felipismo se llevaron a cabo con la inestimable colaboración de todos los votantes del PSOE.

Cuando Fernández dice que la Cuba de Castro y la Venezuela de Chávez son “vivos intentos revolucionarios de América Latina”, esto es lo que arroja la máquina: el Chile de Pinochet y la Argentina de Videla fueron vivos intentos regeneradores de América Latina. A estas alturas, es obvio que la máquina produce ignominias. Pero ella no tiene culpa; es una máquina. Se limita a fabricar analogías. Es injusto culpar del GAL, de Filesa o de los convolutos a los votantes socialistas; tanto como endosarle los muertos de Irak a los votantes populares.  Es repugnante ensalzar a Pinochet y Videla; tanto como hacerlo con Castro y Chávez.

Prejuicio, sesgo y secta mueven a los muñidores de la asignatura, cuyo peligro no está en su nombre ni en su existencia (por lo que se agradecería a Savater y otros que dejaran de refutar lo que nadie sostiene) sino en sus específicos contenidos, delatores de fines como los que siguen:

  • Asentar la superioridad moral de todas las izquierdas, democráticas o no.
  • Sembrar el relativismo (moral, cultural, cognitivo) como un filtro que opere por defecto ante la realidad.
  • Consolidar antes de la formación del espíritu crítico bastiones doctrinales que operen como axiomas, principios que (se confía) no serán revisados dados los anclajes facilitados por la edad, el ascendiente del maestro y la presentación sistematizada de doctrinas marginales y fracasadas en forma de conocimientos estructurados, neutrales, indubitados.
  • La prolongación de perversiones antidemocráticas mucho más allá del contexto histórico que las alumbró, que es el de la alianza intelectual de Occidente con los enemigos de su sistema de valores durante el siglo XX.
  • El blindaje apriorístico ante ideas nuevas que pudieran poner al descubierto la miseria intelectual de la actual clase dirigente española.

Esta es la operación que van a llevar a cabo con sus hijos. A mí plim, que no los tengo.

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