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Juan Carlos Girauta

Solidarios separatistas, hombres de paz

Acabáramos. Exculpado queda cualquiera que robe menos del 1% de sus ingresos anuales a su víctima. ¿Y por qué no el 2, el 5, el 10 o el 25%?

Con la que está cayendo en Cataluña por culpa de nuestras penosas infraestructuras, uno creía que entregar a políticos de la Esquerra 380 millones de euros para la solidaridad planetaria era un escándalo. Al contrario: volteando la tortilla, el Avui nos hace un guiño.

Lo que aquí (inspirando al Avui) hemos llamado Plan Marxa, tiene nombre oficial: Pla director de cooperació al desenvolupament 2007-2010. Salta a la vista la coincidencia temporal con la actual legislatura. El grueso del pastel lo controla la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament, que se define como el "organismo responsable de gestionar las políticas de cooperación al desarrollo, construcción de paz, acción humanitaria y derechos humanos para contribuir a la erradicación de la pobreza y favorecer el desarrollo humano sostenible".

Urge saber lo que entienden estos señores por "construir la paz". ¿Lo mismo que el director de la revista Cultura, editada por el departamento de ídem, que ha tratado a los españoles de "parásitos", justamente en el Avui? ¿O "paz" será más bien lo que construyen los iconoclastas que han derribado el último toro de Osborne alegando que era una "inmundicia cornuda española" que sólo simboliza "la barbarie y la incultura de España"?

Dirige la agencia de los 380 millones un Andreu Felip, procedente del aparato de las temibles JERC, primero, y luego de ERC. Se ubica el momio en el departamento de Vicepresidencia, el de Carod, a través de la dirección general de Cooperación al Desarrollo y Acción Humanitaria, bajo el mando de David Minoves, que antes de pisar moqueta desarrollaba su bondad como responsable de movilización social de ERC. Por cierto, ¿qué hace exactamente un responsable de movilización social de ERC?

Para comprender a Minoves, véase su artículo de 9 de mayo de 2006 en el diario El Punt sobre la nacionalización de las extracciones de hidrocarburos impuesta por Evo Morales. La medida lesionó los intereses de varias empresas, entre ellas la española Repsol-YPF. Justificaba así Minoves el abuso boliviano: "Mientras la nueva regulación de la explotación petrolera y de gas en Bolivia afectará en menos de un 1% a los beneficios netos anuales de Repsol, para el Gobierno boliviano supondrá un ingreso extra de casi 700 millones de euros". Acabáramos. Exculpado queda cualquiera que robe menos del 1% de sus ingresos anuales a su víctima. ¿Y por qué no el 2, el 5, el 10 o el 25%? A Minoves no parecen importarle las consecuencias sobre el crédito político y financiero de Bolivia, reducido a cero.

Un detalle. El primer país designado como "prioritario" en el Plan Marxa es Marruecos. Ay.

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