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Juan de Dios Dávila

Cuando el fruto de la estupidez es la traición

Ya no importa para algunos líderes "populares", cada vez son más, que el nacionalismo practique la extorsión, la mentira y el enfrentamiento; si para alcanzar el poder necesita de ellos, ¿qué mas da? Se pacta y listo

Se ha instalado en la cultura de nuestros días el culto al éxito, al poder. Una prueba de ello es el triste espectáculo al que estamos asistiendo con el comportamiento del Partido Popular.

Tras la derrota electoral ya no se plantea un proyecto basado en valores que hay que explicar y con el que ilusionar a la sociedad, sino que por el contrario se plantea cómo alcanzar el poder aunque para ello haya que renunciar a cualquier principio. Ya no se trata de alcanzar el poder para poder hacer lo que uno cree que es bueno para toda la sociedad, ahora se trata de alcanzar el poder por el poder.

El partido de Rodríguez Zapatero tiene un proyecto claro y definido. Quiere que no haya ningún otro referente moral que no sea la ley que emana del Estado y que controla "el partido". Quiere que el ciudadano no tenga más identidad que la que el Estado le concede, transformar a la persona en ciudadano, por eso no es importante ni la familia ni la Patria, porque estas dos realidades dan identidad a la persona, dan libertad y por tanto no pueden ser controlados por el Estado. Ahora lo único importante es el Estado, que es el único que nos da carta de ciudadanía y quien nos da los derechos; la persona ya no nace con unos derechos, velando el Estado para que el hombre pueda desarrollarlos y disfrutarlos: ahora con Rodríguez Zapatero los derechos emanan del Estado, por decreto de la ley. Pero cuidado, porque lo mismo que los "concede" o los "amplía", también los puede suprimir o reducir, ahora los derechos no residen en el hombre, sino en lo que dicte la ley.

En lo político "el proyecto" busca su perpetuación en el poder, quizás no a través de un único partido, ya que las apariencias son importantes y es importante aparentar una democracia y la "alternancia" es un buen señuelo. ¿Qué necesita el "proyecto" de Rodríguez Zapatero? Necesita de otro partido que asuma sus mismos postulados, necesita de hombres ambiciosos que sean capaces de decir como el cómico y mítico Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros."

Ya no les importa a cada vez más líderes populares que el nacionalismo practique la extorsión, la mentira y el enfrentamiento; si para alcanzar el poder necesita de ellos, ¿qué más da? Se pacta y listo. Lo importante ya no es un proyecto "sugestivo de vida en común" basado en la verdad y en la libertad; si hay que mentir se miente y si mueren hombres y mujeres por no doblegarse frente a la tiranía nacionalista, ¿qué más da? Son sólo daños colaterales. Ahora lo verdaderamente importante es alcanzar el poder.

Políticos que empleáis el engaño y la mentira, en la borrachera de vuestra ambición por el poder no sois capaces de daros cuenta de que si no hay proyecto, ni valores ni ilusión, si no hay poesía que alegre el corazón, entonces no tenéis mensaje y por tanto no tendréis votos. Seréis cornudos y apaleados, porque por vuestra estupidez seréis traidores, y además de ganaros la burla os habréis ganado el desprecio.

En vísperas del bicentenario del 2 de Mayo, de nuevo será el pueblo español el que ante la estupidez y la traición de sus dirigentes deba reconquistar la dignidad de una Nación cuya libertad se ve amenazada por la ambición y la mentira de unos políticos que no están a la altura de la encrucijada que vive España.

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