Debe ser que al vicepresidente de la Asociación de Garajes no se le ha pasado aún la "fiebre laportista". ¡Menudo abrazo le pegó Luis Gómez-Montejano al presidente del Barça en el palco del Palau!... El Real Madrid, un equipo roto y deshauciado por las paperas, perdería después por doce puntos, pero eso carece de importancia ahora mismo, no es relevante, una Liga más o menos no arregla nada. Si el comité de recepción que le prepararon en su día a Fernando Martín se hubiera desgastado tanto en consensuar soluciones para el Madrid como Gómez-Montejano lo hizo en su eufórico saludo al presidente del Fútbol Club Barcelona, ahora probablemente el club merengue no se encontraría en esta situación de indefensión y pérdida de identidad total y absoluta.
Y con esto no quiero decir en absoluto que entre Real Madrid y Fútbol Club Barcelona no deba existir una relación educada, no. ¿Que el Barça gana la Copa de Europa?... Para eso están los telegramas: "Felicidades. STOP". Pero, ¿hacerle la "ola" al amigo "Jan"?... ¿Que te invitan a Saint-Denis el día que tu máximo rival deportivo juega la final de la Champions?... Para eso está el doctor Alfonso del Corral, que cobra del club: "lamentablemente y sintiéndolo mucho, el señor Montejano deberá permanecer en cama las próximas cuarenta y ocho horas debido a una dolorosísima ciática que le impide salir a la calle". Yo tengo sólo la mitad de años que don Luis Gómez-Montejano y sé que la relación existente entre los dos clubes más poderosos de España debe ser la constante y permanente guerra fría. Si se te ocurre ir con el lirio en la mano, tarde o temprano te estamparán el tiesto en la cabeza.