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Dennis Rodman siempre me cayó bien. Personalmente hablando, un tipo que se marcha de juerga por la noche y cuando se levanta al día siguiente está casado con una vigilante de la playa merece ser analizado con cierto detenimiento. El papel de "bad boy" le iba al pivot como anillo al dedo; ya fuera vestido de mujer o resacoso, llegando tarde a un entrenamiento de los Bulls, indisciplinado y grotesco, en ocasiones ciertamente repulsivo, Rodman le sacó hasta la última gota al jugo de su estrellato. En una operación descarada de marketing, Dennis "cogió" su posición y no la soltó hasta su retirada ¿definitiva? Quiso ser la otra cara de la moneda: en el anverso, el inigualable MJ, el mejor jugador de todos los tiempos, el hombre que sólo podía caer bien; en el reverso, el histriónico Rodman, el golfillo de Chicago.

Antes de tratar de despejar la incógnita (¿definitiva?) que planteaba previamente, convendría recordar que entre fiesta y fiesta, Dennis Rodman fue durante siete temporadas el máximo reboteador de la NBA. Quiero decir con ello que su estrellato fue de todo menos obra de la casualidad. Rodman logró proclamarse cinco veces campeón de la Liga más potente del mundo. Y todo ello con coetáneos del estilo de Magic Johnson, Charles Barkley, Patrick Ewing, David Robinson o Karl Malone. Muchos de los componentes del mítico dream team, como Clyde Drexler, Chris Mullin o Chris Laettner, fueron difuminándose lentamente. El no, él aguantó la presión de un campeonato que puede acabar con los nervios de cualquiera, quien sabe si porque ya llegó con ellos totalmente destrozados.

Mientras Michael Jordan rodaba con Bugs Bunny, Rodman lo hacía con Jean-Claude Van Damme y Mickey Rourke en un experimento que decidieron bautizar como "Double Team". Debió deducir -atinadamente, desde mi punto de vista- que si Van Damme podía pasarse de las artes marciales al cine, y Rourke del cine al boxeo, él podría tener también su minuto de gloria cinematográfico.

Rodman daría para escribir varios libros, pero ahora es noticia porque, tras el anuncio del regreso de Jordan, él mismo quiere volver a las canchas de baloncesto. En The Last Word, un programa de Fox Sports Net, aseguró que tenía "ofertas de varios equipos" y que Indiana le llamaría en cualquier momento. Puede que sea un "farol", y puede también que haya alguien realmente interesado en aquel viejo reboteador que de vez en cuando nos daba de qué hablar a los periodistas. El Jefe Parish, el mítico "doble cero", aguantó hasta los 43 años en activo. Si fuera cierto que el sentido del humor es el conservante perfecto, Dennis Rodman puede llegar con tranquilidad a los 50.

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