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Juan Manuel Rodríguez

"Burbuja Bianchi"

La sangre fría no se compra, señor Bianchi, pero el Atlético sí ha alquilado sus servicios por esta temporada y otra más. Y, hasta la fecha, la verdad es que el arrendamiento le está saliendo a Enrique Cerezo por un ojo de la cara

"La tranquilidad no se compra en ningún negocio y la sangre fría tampoco". La frase es de Carlos Bianchi, actual entrenador del Atlético de Madrid. El "Virrey" fue un goleador excepcional cuando jugaba al fútbol. En 1976 ganó la "Bota de Plata" con 34 goles, cinco menos que Sotiris Kaiafas. Y repitió en 1978 con 37 goles, cuatro menos que Hans Krankl. En 1974 fue "Bota de Bronce", empatado a 30 goles con Gerd Torpedo Muller, otro "tiburón del área" ciertamente excepcional. No en vano Bianchi es considerado hoy en día como el decimotercer mejor goleador de todos los tiempos por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (valga decir que el primero de esa lista no es otro que Edson Arantes don Nascimento "Pelé"). Está claro que, como delantero centro, Bianchi debía poseer una endiablada sangre fría.
 
Hay otra cosa que está clara: Carlos Bianchi, otrora delantero centro de efectividad contrastada, un goleador de prestigio mundial, no consigue ahora como entrenador que su Atlético de Madrid marque aquellos goles que él conseguía como churros, cuestión ésta que debe constituir una gran frustación personal. En trece jornadas, sólo trece goles. La cifra resulta demoledora porque nunca, a lo largo de toda su historia, el Atlético de Madrid había marcado tan pocos goles cuando se llevaban disputadas trece jornadas de Liga. Con César Ferrando en el banquillo, por ejemplo, el Atlético llevaba 14, uno más que ahora. Y Ferrando acabó como acabó, solo y enfrentado absolutamente con todos.
 
Supongo que será cierto eso de que la tranquilidad no se compra en ningún negocio. Ni la sangre fría tampoco. Pero Bianchi tiene a sus órdenes a Fernando Torres y Mateja Kezman. En Inglaterra aseguran que el Chelsea está dispuesto a ofrecer 37,5 millones de euros por el primero. Y en cuanto a Kezman, el día que anunciaron su fichaje hubo fiesta en el Vicente Calderón. Seamos sinceros: Vanderlei Luxemburgo se ha convertido en el mejor "paraguas" para Carlos Bianchi. Cuanto peor juega el Real Madrid, más desapercibido pasa el desastroso juego de los colchoneros. La sangre fría no se compra, señor Bianchi, pero el Atlético sí ha alquilado sus servicios por esta temporada y otra más. Y, hasta la fecha, la verdad es que el arrendamiento le está saliendo a Enrique Cerezo por un ojo de la cara. ¿Será otra burbuja?

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