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El día que Ramón Mendoza apareció en la sala de prensa del estadio Santiago Bernabéu, como siempre hecho un brazo de mar, acicalado y trajeado de Armani, oliendo a "Egoiste" de Chanel, acompañado por un desconocido espigado y calvo, alguien comentó en voz alta: "¿Esto qué es, la presentación de otro directivo?". La verdad es que el presidente del Madrid parecía estar en mejor forma que el futbolista que estaba a punto de presentar; nos entraron a todos unas ganas locas de darle a "Mon" un balón, y hacerle a él la típica fotografía malabarista sobre el césped. El tiempo confirmaría que aquella contratación no fue una buena idea, y ciertamente Spasic es hoy más recordado por los goles que marcó en propia puerta que por su fútbol brillante. Nadie comprendió nunca que hacía Pedrag en el Real. Un caso realmente curioso.

Y si rebobinamos más aún, y nos vamos a la primera etapa de Núñez como presidente del Barcelona, hay otra historia peculiar --la del brasileño blanco Cleo-- que nadie ha conseguido aclararme todavía. Le trajo don José Luis porque algún asesor debió vendérselo como el sucesor de Sócrates. El tal Cleo era un rubio espectacular, y bien podría haber formado pareja con nuestra Esther Cañadas en cualquier spot televisivo; sin embargo nadie le vio nunca jugar al fútbol, y si le vieron no hay testigos de sus cualidades deportivas. Llegó a circular el rumor de que Cleo acabaría siendo el chófer del presidente (de eso, sin embargo, sí habría testigos llegado el caso), y tal como vino, un día simplemente se fue. Hoy he entrado en la página web del club catalán y no hay ni rastro de él, le han borrado, se esfumó. Otro caso curioso.

Y ahora el Barcelona se ha fijado en Cris, otro pelotero desconocido. Cuando digo el Barcelona, me refiero a una parte del club. Resultaría más exacto decir que Ángel Fernández se ha fijado en Cris, pero Serra Ferrer quiere a otros. Este caso es curioso porque en Brasil se han llevado las manos a la cabeza al conocer la oferta culé, e incluso el equipo de procedencia de este defensa podría darle a Joan Gaspart la insignia de oro y brillantes si al final culmina la operación. Yo creo que Cris no vendrá, pero resulta chocante que un club con esa superestructura quiera contratar un jugador ninguneando al entrenador. Aunque Serra sea ya un cero, y quizás patatero, a la izquierda de su directiva. De todas formas no hay peligro: con los 85 consejeros áulicos de marras, la flota automovilística gozará de una salud de hierro, y siempre hará falta echar una manita en el taller. De Cleo a Cris y tiro porque me toca.

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