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Juan Manuel Rodríguez

Corazón de Wimbledon

Al término de su partido contra el gran campeón australiano, Feliciano López reconoció la grandeza del escenario en el que acababa de jugar. Estoy convencido de que él llegará a jugar allí una final. El sí tiene corazón de Wimbledon.

Desde 1877, año en el que Spencer Gore se impuso a William Marshall en tres sets, sólo dos españoles han vencido en la final disputada en Wimbledon, la "Catedral" del tenis mundial. En 1966 Manolo Santana venció a Dennis Ralston por 6-4, 11-9 y 6-4 y, más recientemente, en 1994, Conchita Martínez ganó en la final a la incombustible Martina Navratilova por 6-4, 3-6 y 6-3. Uno debe ser una locomotora o un súper-clase para jugar bien al tenis sobre la hierba. El sueco Bjorn Borg reunía ambas cualidades y consiguió ganar cinco veces el torneo, entre los años 1976 y 1980. Pero a Borg no se le resistió tampoco la tierra batida de Roland Garros, Grand Slam que consiguió seis veces seguidas. Jugar al tenis sobre la hierba es tan complicado que los ingleses, inventores del tenis, de Wimbledon y casi, casi de la hierba, llevan sin hacerlo desde 1936. En Londres ha llovido mucho desde el día en que el mítico Fred Perry derrotara a Gottfried von Cramm por un aplastante 6-1, 6-0 y 6-0. Han pasado casi setenta años desde aquello y los hijos de la Gran Bretaña siguen buscando a su gran "esperanza blanca".
 
Un tenista español dijo una vez que la hierba era para las vacas, menospreciando al torneo de tenis más prestigioso del mundo. Quien dijo aquello estaba justificando su propio fracaso. La hierba del prado es para las vacas, sí, pero la de Wimbledon está reservada para un grupo de élite, jugadores como Roger Federer, Pete Sampras, Boris Becker o John Mc Enroe, tenistas que entraron en la historia del tenis mundial por haber ganado, de blanco impoluto, en la central del All England Lawn Tennis and Croquet Club. A Feliciano López, el tenista español más australiano que conozco, le vencieron este miércoles la solidez de Lleyton Hewitt, ganador en 2002 del torneo, y el impresionante aspecto de esa catedralicia pista central.
 
Ya no nos quedan españoles por aquellos lares, lo normal en estos casos. Pero Feliciano López o Rafa Nadal tienen corazón de ganadores de Wimbledon. Al término de su partido contra el gran campeón australiano, Feliciano López reconoció la grandeza del escenario en el que acababa de jugar. Estoy convencido de que él llegará a jugar allí una final. El sí tiene corazón de Wimbledon

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