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Juan Manuel Rodríguez

Corran las cortinas, que juega el Madrid

A los jugadores de este Real Madrid se les ha quedado la mirada de las vacas cuando ven pasar el tren. Entretanto, el Barça trabaja en el futuro.

Bill Shankly hizo rabiar en muchas ocasiones al Everton con su corrosiva ironía. En una ocasión dijo que "en Liverpool hay dos grandes equipos, el Liverpool y los suplentes del Liverpool". Si decidiéramos importar aquella frase del entrenador escocés, aquí también podríamos asegurar que "en el fútbol español hay dos grandes equipos, el Fútbol Club Barcelona y los suplentes del Fútbol Club Barcelona". Juan Ramón López Caro, que a este paso acabará compitiendo con Mariano García Remón por ganar el premio al entrenador más triste que ha pasado por el banquillo del Real Madrid en los últimos diez años, dijo el otro día que su equipo iba a luchar por el Campeonato Nacional de Liga. Y añadió: "aunque eso pueda levantar algunas sonrisas".

La afirmación de Juan Ramón, que cada día que pasa es más Juan "Marrón", no es que levante sonrisas, no, es que provoca auténticas carcajadas, risas histéricas, hipos compulsivos y, como consecuencia de todo lo anteriormente expuesto, dolores abdominales. Tras lo visto en el partido contra el Betis, (tercero por la cola y recientemente eliminado en octavos de final de la Copa de la UEFA) lo que dijo el otro día Caro es para desternillarse, troncharse, partirse, mondarse y acabar meándose de la risa. En su día dije que, de haber sido yo Florentino Pérez, habría presentado la dimisión en el descanso del partido de Son Moix. Hoy afirmo que, si yo fuera Fernando Martín, me habría marchado en el descanso del partido contra el Betis.

Si se lo permitiesen, el Barcelona lucharía también por la segunda plaza, lo que sucede es que todavía no es legal. Aquí hay abierta ahora mismo una encarnizada lucha entre el Real Madrid y el Valencia por saber qué equipo lo hace peor. Y de esa batalla de incompetentes podría beneficiarse el Osasuna de Pamplona. Ojalá, me alegraría mucho por ellos. Tras el regalo de Mestalla, sabedores de que el Valencia había caído ante el Racing en Santander, los madridistas volvieron a tumbarse a la bartola. Si los últimos análisis clínicos de los futbolistas merengues hubieran dado unos registros normalitos de testiculina, hoy el Madrid sería segundo de la Liga con una cómoda ventaja de seis puntos sobre el Valencia. Nada extraordinario, no vayan a creerse, una cosa normal. Pero, como diría mi amigo Luis Ángel Duque, el Shankly madrileño, a los jugadores de este Real Madrid se les ha quedado la mirada de las vacas cuando ven pasar el tren. Entretanto, el Barça trabaja en el futuro. Se habla de Chivu. Y también de Thierry Henry. Otra Liga. Bill Shankly también solía decir que si el Everton jugara en el jardín de su casa, él correría las cortinas. Ya verán cómo acaban haciendo lo mismo en el estadio Santiago Bernabéu.

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