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Resulta muy gracioso eso de fabricarse una historia a medida. En Barcelona han diseñado un traje para el club de fútbol más representativo de la ciudad y, puesto que en España la grandeur se la lleva el Real Madrid, han tenido que buscarse su propio espacio natural, el del malditismo histórico y la persecución centralista (entendiendo por centralismo el poder administrativo y los "poderes fácticos"). Por eso, porque le persiguen Franco, durante la dictadura militar, o Suárez, Calvo Sotelo, González y, desde luego, el madridista Aznar, ahora en la democracia, es por lo que el Barcelona no ha podido ocupar el lugar que se merecía que, curiosamente, es el mismo que ocupa el Real Madrid. Hoy, para seguir colaborando con el "sastre" que inició el traje, hay quien, en la prensa deportiva catalana, saca a colación al general Primo de Rivera para explicar el único cierre del campo del Barcelona. Por motivos políticos, claro está.

El juego resulta gracioso mientras es inocente. Yo mismo jugaba a ser D'Artagnan cuando tenía diez añitos, e incluso creo recordar que mis padres me compraron una vez una espada. Nadie entendería que hoy, muchos años después de aquello, yo me presentara a trabajar en la Cadena Cope vestido de mosquetero de la reina. Si algo se puede decir del Comité de Competición es que ha sido benevolente con el Barcelona al pedir sólo dos partidos de clausura de su estadio. El Comité de Apelación ratificará ahora la decisión de sus competitivos compañeros, y el Español de Disciplina lo reducirá a uno. Por un lado se quejan de que al Barcelona se le ha tratado en Competición "como a uno más", mientras que por el otro exigen independencia a sus miembros. ¿Para qué? ¿Para tratar al Barcelona "como a uno más", o para aplicarle un trato de favor diferente por tratarse de un club grande y con historia?

En su defensa (que entiendo perfectamente que sea a sangre y fuego) ponen equivocadamente como ejemplo el lanzamiento de una bengala y un bote durante la disputa del partido Rayo Vallecano-Barcelona. No hay caso. El bote y la bengala –que, todo sea dicho de paso, la tiró un ultra barcelonista– fueron hechos aislados, y se localizó inmediatamente a los energúmenos que los lanzaron. En el Nou Camp no era precisamente la primera vez que sucedían circunstancias tan lamentables como las del 23 de noviembre y por todo ello el Comité decidió calificar lo sucedido como "grave".

En Barcelona siguen jugando a D'Artagnan, y mientras Atos, Portos y Aramis deciden quién se batirá primero en duelo, el Real Madrid gana la Champions League, la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental. Menos mal que cada vez hay más socios culés que se preguntan: "¿y qué hace Gaspart vestido de mosquetero?". Cosas de niños.

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