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Juan Manuel Rodríguez

Cuerpo en Italia y cabeza en España

A Gaizka Mendieta le dieron un disgusto el día que el Valencia le puso una cláusula anti Madrid. Para él estaba claro que su destino era el Real del centenario, de los balones de oro y del nuevo himno cantado por Plácido Domingo. El futbolista y sus representantes se equivocaron al dejar pudrirse la situación, así que el mismo día que era presentado como nuevo jugador de la Lazio daba la impresión de que le estaban cortando la mano derecha. Mendieta se fue a rastras al calcio, igual que Luis Figo se marchó del Barcelona sin querer, maniatado por una maquiavélica operación diseñada por Florentino Pérez. Ahora empieza a pagar el berrinche que supuso para él no jugar como local en el estadio Santiago Bernabéu.

El caso de Mendieta demuestra bien a las claras que cuerpo y mente no pueden ir disociados. En Fiumiccino aterrizó el cuerpo de un futbolista impresionante, líder indiscutible del Valencia que alcanzó dos finales consecutivas de la Champions League. Pero la cabeza de Gaizka permanecía en Manises, esperando con el billete de ida para embarcar hacia Barajas. El vasco lleva cinco meses mentales aguantando colas para poder facturar, pero su actual club pagó ocho mil millones de pesetas. Y la prensa italiana se ha dado cuenta.

Corriere dello Sport le acusa de no tener nunca una idea y ser frágil. "Zaccheroni esperaba una señal de su despertar", concluye. Il Messaggero dice que "jamás hace una jugada importante", y en La Stampa podemos leer lo siguiente: "el español, fuente de pasadas glorias con el Valencia, pide el balón y siempre que lo obtiene lo pierde". Los colegas de La Gazzetta dello Sport son especialmente duros al comentar que "permanece vivo el misterio cómico Mendieta, presunto fuera de serie desaparecido".

No quiero decir que la situación deportiva por la que atraviesa ahora mismo Gaizka sea exclusivamente producto de una negociación desastrosa, aunque ésta lo fuera. Sus representantes tendrían que haberle planteado claramente al Valencia lo siguiente: "Es deseo expreso del jugador marcharse al Real Madrid la próxima temporada". No lo hicieron y erraron. Ahora lo pagan el propio futbolista, Zaccheroni y la afición del Lazio. También el Valencia, que al final perdió a su capitán. Y, cómo no, el Real Madrid que habría entrado en cualquier puja razonable para hacerse con sus servicios. Italia no es España, ni los periodistas italianos son tampoco los españoles. El viaje de Mendieta al Foro Itálico tiene toda la pinta de ser uno de esos tours organizados para siete días.

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