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Juan Manuel Rodríguez

"¿De qué planeta viniste?"

Los internautas, que antes le eligieron como el mejor futbolista de toda la historia, han escogido ahora el segundo gol de Diego Maradona a Inglaterra en México 86 como el mejor de todos los mundiales. Es la venganza del genio argentino, fugándose una y mil veces del impenetrable Castillo de If en que han querido enterrarle en vida esta FIFA "blateriana" (es sorprendente que ayer la web oficial del máximo organismo del fútbol no recogiera la noticia. "Fair play" ¿no, señor Blatter?) y el Gobierno de Japón al negarle la entrada en el país. Pero Maradona se filtra como un "hacker" y revuelve las tripas del "stablishment", ahora derrotando a Pelé, superado también por el golazo de Michael Owen a la selección de Argentina en Francia-98.

La virtud del futbolista Maradona residía en la excelencia por contagio -por "simpatía", diría un licenciado en Químicas- que provocaba en aquellos que le rodeaban. Y no me refiero sólo a sus compañeros de equipo, aquellos que se cambiaban en su mismo vestuario, sino absolutamente a todos. Incluso a aquellos que, como Víctor Hugo Morales, ni siquiera estaban sobre el campo sino en la grada. El pasará a la historia por la narración de ese gol, y aquel golpe suyo de ingenio final: "Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?". Morales, un narrador de primer órden mundial, es ya historia del fútbol, de la radio y de la vida por esos once segundos mágicos, contagiado por la excelencia de aquel futbolista único e irrepetible. Lo mismo les sucedió a Reid, Beardsley, Butcher o Shilton, burlados por el genio y por eso mismo protagonistas de por vida, como los astronautas Collins y Aldrin, expectantes testigos de cómo su compañero Armstrong posaba lentamente sus pies sobre la luna.

Maradona hizo famosa Villa Fiorito, la barraca con goteras en la que se crió por necesidad. El defensa Andoni Goicoechea se hizo mundialmente famoso por astillarle la pierna ("no se puede ser artista", titulaba al día siguiente el diario "Marca") en tierra de nadie, vuelto de espaldas y a mil kilómetros de la portería del Athlétic Club de Bilbao, tal era el pánico que provocaba en sus defensas. El "clic" de Maradona hizo famoso al barbudo Juan José, como lo hizo la "cola de vaca" de Romario al petrificado Alcorta. Maradona hizo famoso a José Luis Núñez, ridiculizándole cuando éste decidió retirarle el pasaporte. A cada instante te daban ganas de gritarle lo mismo que Víctor Hugo Morales: "barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?"...

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