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Juan Manuel Rodríguez

Del "Totonero" al "Moggipoli"

Tiempo habrá para saber dónde y en qué condiciones acabará la "Vieja Señora", pero si, con la que les está cayendo encima, los italianos logran salir vivos de Alemania habrá que reconocer que están hechos de una pasta diferente.

El máximo goleador del Mundial de España estuvo a puntito de no poder jugarlo por culpa del "Totonero", un juego ilegal de apuestas que manejaba la mafia. Como no podía ser de otra forma, los mafiosos eran mafiosos "full time", y en 1980 los italianos se cayeron del guindo y descubrieron que los organizadores de aquel juego que competía con el "Totocalcio" estaban sobornando a algunos jugadores para que decantaran los partidos a su favor. El tongo afectaba a veintisiete futbolistas, entre ellos Paolo Rossi. La federación italiana descendió al Milan y suspendió de por vida a Albertosi, mientras que a Rossi le castigaron con tres años, aunque luego redujeron a dos la sanción. Enzo Bearzot no lo dudó ni un sólo instante y, a pesar de su larga inactividad, llevó al "cazagoles" al Mundial. La selección italiana jugó mal casi todo el campeonato y Rossi tuvo unos inicios titubeantes, pero finalmente el toscano se destapó ante Brasil y acabó siendo el máximo goleador con seis tantos. Italia, claro, ganó aquel Mundial, el Mundial de Rossi, el Mundial de Sandro Pertini.
 
Ahora, más de un cuarto de siglo después de que sucediera toda aquella ignominiosa chapuza, la selección italiana vuelve a verse sacudida por un escándalo tres veces mayor que el del "Totonero". Un antiguo empleado de ferrocarril, Luciano Moggi, director general de la Juventus desde el año 1994, tenía organizado en la Liga un "Monopoli" de tales dimensiones que los italianos ya lo han bautizado como "Moggipoli". El escándalo de la "mafia original" afectó en 1980 a un total de veintisiete jugadores, pero es que la red lentamente tejida por este moderno aprendiz de "padrino" del calcio no deja sano ni a uno sólo de los estamentos del fútbol de su país: directivos, (Innocenzo Mazzini, ex vicepresidente de la federación) árbitros, (Massimo De Santis, Pierluigi Pairetto y Paolo Bergamo) jugadores, (Cannavaro y Buffon) entrenadores, (Marcello Lippi) intermediarios, (Davide Lippi, hijo de Marcello, y Alessandro Moggi, hijo de Luciano) periodistas, (Aldo Biscardi, ex presentador de la "moviola italiana") banqueros, policías...
 
La presión que tendrá que soportar Lippi en Alemania-2006 será diez veces mayor que la sufrida por Bearzot en el Mundial del 82. Enzo era muy respetado en el mundo del fútbol y sólo tuvo que aguantar la críticas que le llovieron por llevarse a Rossi, primero, y mantenerle después tozudamente en la alineación titular, a pesar de que el delantero no acababa de convencer a nadie. De Lippi ya han pedido la dimisión antes incluso de que empiece a rodar el balón. El otro día Buffon tuvo que abandonar la concentración de Coverciano para declarar ante el juez, y Cannavaro es abiertamente abucheado por sus propios aficionados. Tiempo habrá para saber dónde y en qué condiciones acabará la "Vieja Señora", pero si, con la que les está cayendo encima, los italianos logran salir vivos de Alemania habrá que reconocer que están hechos de una pasta diferente.

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