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Hay diecisiete entrenadores en la nueva lista de Joan Gaspart. "Y yo, que tengo firmado otro año más de contrato, dieciocho", se ha apresurado a decir Carlos Rexach en una rueda de prensa pletórica y que sonaba a despedida. Diecisiete entrenadores, que se dice pronto. Pero ese no es el verdadero problema del Barcelona, sino la inexistencia de otra lista con otros tantos nombres de posibles presidentes. Al socio le dieron a elegir sólo entre dos, y en un momento de "dispersión mental" y encrucijada deportiva tras la marcha de José Luis Núñez. De los dos posibles, eligieron al peor con diferencia. Y, curiosamente, el peor confecciona ahora una lista con los nombres de diecisiete entrenadores que puedan suplir -porque no va a seguir- a Charli Rexach en el banquillo. Vuelvo a citar aquí la famosa frase de Menotti (que probablemente esté también en esa lista) cuando decía que "en el fútbol no es bueno tener diez corbatas y un sólo traje".

Rexach -tierno en la forma pero durísimo en el fondo- ha dicho lo que cualquier culé sensato opinaría en estos momentos. Basta ya de excusas. Ya está bien de echarle la culpa al empedrado. El problema del Barcelona está en el mismo Barcelona, y no sirven ahora los paños calientes de Riquelme o los cantos de sirena del goleador Portillo. Puede que a Joan Gaspart le sirva desviar la atención en sus objetivos personales, pero el club necesita una profunda restructuración. "El enemigo está aquí", ha dicho Rexach; una frase valiente de un hombre que ya sabe que no tiene nada que perder. Una frase que pasará a la historia.

La relación paterno-filial que mantiene Florentino Pérez con Joan Gaspart debería molestar a los barcelonistas. F.P. trata al presidente del Barcelona como se trata a un menor de edad. "¡Qué cosas tiene Gasparín... Que chico este!" Pero Florentino no ha regalado nunca duros a peseta. A él le interesa un Barcelona debilitado, un Barcelona disminuido, y para ello tratará de apuntalar como sea a su "amigo" Gaspart, ese hombre "brutalmente agredido por la prensa deportiva catalana". Núñez inició la "marcha verde" contra Luis de Carlos nada más morir Santiago Bernabéu. Eran otros tiempos. Ahora Florentino trata de crionizar a Gaspart con un "chirimiri" de elogios, un "calabobos" de diseño.

Se irá Rexach y vendrá Bianchi. Se marcharán Geovanni y Dani, y ficharán a Riquelme y Crespo. Dará lo mismo porque -y lo vengo diciendo hace tiempo- este proyecto estaba muerto antes de empezar. Si el Fútbol Club Barcelona fuera una sociedad anónima deportiva, seguro que Florentino Pérez compraría acciones para votar por Gaspart. "Larga vida a Joan", dice F.P. "Larga", le responden Abelló y "Fefé".

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