El otro día leí las sobrenaturales declaraciones de un diputado de Esquerra Republicana de Cataluña a propósito del partido entre el Real Madrid y el Barcelona. El padre de la patria, ¡que también manda narices!, aseguraba, sin el más mínimo rubor por su parte, que nos encontrábamos ante un España-Cataluña en toda regla. ¡Dios, quien le ha puesto la pierna encima al Barcelona para que no levante cabeza! ¿España-Cataluña?... Pues, que yo sepa, en la alineación titular de Rexach había tres holandeses, dos argentinos y un italiano. ¿Qué dirá doña Marta Ferrusola? ¿O es que a estos, como son inmigrantes de alto standing, sí se les puede dar el carné de filiación? Uno puede defender la República, o incluso la existencia de una nación catalana, pero ¿cómo defiende ERC la teoría de que el Real Madrid sólo tiene dos Copas de Europa? (como Gaspart dijo que él por su parte sólo le reconocía tres, el "diputado Romerales" fue más allá -"y dos huevos duros"- y eliminó de la memoria histórica al equipo "ye-ye" de los Zoco, Pirri, Amancio y Sanchis).
Lo cierto es que el Real Madrid luchará el próximo 15 de mayo por hacerse con su novena Copa de Europa (según FIFA, UEFA, RFEF y Federación de Historia y Estadística del fútbol), por la cuarta (según Gaspart) o, en el peor de los casos, por la tercera (según este republicano catalán). Pero ¿por qué luchará el Barcelona? Soy pesimista sobre el futuro inmediato de ese club histórico del fútbol español. La última que he oído -y además proveniente de un barcelonista reflexivo, cabal y, naturalmente, atemorizado: Jordi Casoliva- es que han pensado en recuperar a Louis Van Gaal (¿recuerdan?... El del ¡siempre "negatifo", nunca "positifo"!). Esa sería la definitiva.
La diferencia entre el Barcelona no es la buena o mala suerte, o que Collina y Zidane vistan "Adidas", ni siquiera Raúl... La diferencia entre el Barcelona y el Real Madrid es un proyecto de club. Malo o bueno, pero proyecto al fin y al cabo.
Joan Gaspart, quemado ya por fuera y por dentro, admite que él quiere que el Real Madrid pierda contra el Bayer Leverkussen. La derrota merengue en la final de Glasgow sería el único "título", a expensas de lo que ocurra en la Copa de Cataluña, que podría ofrecerle el presidente culé a su parroquia. Una viñeta del New York Times recreaba hace años el sentir del pueblo americano ante las elecciones presidenciales. Se veía a un hombre que apuntaba a otro con una pistola. El primero preguntaba: "¿Ronald Reagan o Gary Hart?", a lo que éste, resignado a su suerte, respondía: "¡Dispare!". Pues eso. ¡Dispare!
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