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Juan Manuel Rodríguez

Djalma, el "futbolista-lobo"

En el fútbol hay jugadores muy complejos. Djalma Feitoza Dias Maia, "Djalminha", es uno de ellos. Técnicamente lo tiene todo para asombrar al mundo, para ser un crack. Sin embargo, su personalidad le convierte en un "caso" permanente para sus entrenadores, el eterno "caso Djalminha". Ahora le ha tocado la china a Irureta; debe colocar en el fiel de la balanza por un lado la indudable calidad de su estrella, y por el otro su lunatismo enfermizo, esa licantropía deportiva que le convierte en "futbolista-lobo" y que le hace ir aullando y mordiendo por los campos de España. Con o sin luna llena.

La taranta del brasileño pasó factura a muchos otros antes que a él. Jugadores que lo tuvieron todo y lo perdieron de repente en la ruleta de la vida; excéntricos que se creyeron únicos en su especie, y que comprobaron como más de un futbolista con menor habilidad sobre el terreno de juego, pero más inteligencia fuera de él, acabó por pasarles por la izquierda. Es la maldición de los "futbolistas-lobo".

Resulta además que hablamos del campeón de Liga, y que el tirón popular que posee Djalminha en La Coruña no lo tiene nadie. Si las cosas funcionan es posible que nadie se acuerde de él; pero, en cuanto el Deportivo deje de carburar será inevitable que la afición reclame la presencia de su aullador favorito.

Tras morder a algunos rivales, a su propio entrenador, a todo el colectivo arbitral e incluso a sus compañeros de equipo –ahí está el ejemplo de Víctor, un modelo de equilibrio personal y profesional–, ahora el brasileño ha decidido emprender una guerra que tiene perdida de antemano al acudir al Juzgado de lo Social, colocando además a su equipo en un brete sin salida aparente. Al menos habrá sido el primero en algo: acudir a la justicia ordinaria para ¿anular? (ya veremos) una decisión de la deportiva. Lo que ocurre es que ese gol podría resultar imparable también para Lendoiro.

De momento, y de cara al próximo partido de Liga, el entrenador ha decidido cortar por lo sano y dejar fuera de la convocatoria al jugador. Aullará de nuevo, pero ha sido una decisión inteligente del sosegado Irureta. Es probable que cuando se acerquen al mister para hablar de renovación, este valore antes que nada el complejo "caso Djalminha". Y si se queda en La Coruña, que vayan preparando un buen surtido de balas de plata y bolsitas de tila. Porque, como no le echen, habrá lobo para rato.

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