¿Primera victoria moral de Rafa Benítez sobre Claudio Ranieri?... Yo creo que sí. El primero lo ganó todo con el Valencia, hasta el punto que acabó convirtiéndose en el entrenador probablemente más exitoso de la historia ché; al segundo, viendo que el madrileño se marchaba inevitablemente al Liverpool, le trajeron a golpe de talonario a Caneira, Fiore o Corradi para que "italianizara" a su gusto a un equipo que había sido campeón de Liga y UEFA, consiguiendo un doblete que resultaba inimaginable al principio. La contratación de Ranieri –un entrenador que "vende" muy bien el producto y que dejó buenos amigos en Valencia– respondió por tanto, más que a otra cosa, a la necesidad perentoria de anestesiar como fuera a ojos de los aficionados la marcha de Benítez. Es cierto que la temporada ha empezado muy fuerte para el vigente campeón de la Liga española, pero el "Superbatacazo" de la Supercopa de España plantea algunas dudas razonables sobre la idoneidad de este nuevo proyecto.
En vísperas de la gira del Valencia por Japón tuve ocasión de charlar en "El Tirachinas" de la Cadena COPE con Santi Cañizares, el mejor termómetro de lo que puede estar ocurriendo ahora mismo en el vestuario del equipo. La teoría indicaba que "Cañete" debía ser un hombre inmensamente feliz puesto que acababa de ampliar su contrato con el club, y sin embargo aprecié en él una crítica velada (la misma o muy parecida a la que realizó en reiteradas ocasiones Benítez) sobre la actitud del Consejo de Administración. Ese será otro toro que deba lidiar con astucia y mano izquierda el italiano porque no parece que las "vacas sagradas" estén demasiado emocionadas con el hecho de que a Mista, por poner sólo un ejemplo, se le niegue reiteradamente el pan y la sal, mientras que a otros futbolistas se les reciba con la alfombra roja sin que todavía hayan tenido ocasión de demostrar nada.