Menú
Juan Manuel Rodríguez

El cielo de los publicistas

Está tan hinchado este negocio del fútbol que con la contratación de Milene Domingues, la "Ronaldiña", el Rayo Vallecano ha alcanzado la paradoja perfecta, una contradicción bendecida a la sombra de los flanes de huevo y vainilla, la mercadotecnia y el arte publicitario. Ya me dirán, si no, cómo es posible comprender que, nada más depositar sus tibias y sus empeines en la calle Fofó, Milene se haya convertido en la futbolista mejor pagada de España. Y más aún, quién entiende que la hayan fichado a sabiendas de que no puede jugar partidos oficiales en nuestro país. Álvaro Ruiz Mateos, exultante director general del Rayo Vallecano, aparecía feliz y dichoso junto a la rubia jugadora que no jugará, adelantando lo que promete ser un atracón de "dhules" y bombones "Trappa".

Estamos ante un clarísimo caso de "discriminación positiva" puesto que la bella Domingues cobrará medio millón de pesetas al mes, mientras que los futbolistas que dirige Fernando Vázquez tienen que marcharse hasta Alcalá de Henares para encontrar un campo donde caerse muertos, haciendo la siesta en los coches y dándose unos palizones de mucho cuidado. Más de uno debió pensar, al ver a Ruizma junior, eso de "¡que te pego, leche!"...

Pero Madrid, que fue hace poco la capital mundial del atletismo y que lo será próximamente también del tenis, podría convertirse al mismo tiempo en la ciudad que acoja a Milene y Susana, la ex de Ronaldo, para reeditar la mítica rivalidad femenina. El Canillas ya se ha puesto en contacto con la primera mujer que rompió el corazón del delantero brasileño del Real Madrid, y sólo su adelantado embarazo la ha impedido dar el "sí quiero" al club madrileño. Por ahora. ¿Se imaginan un Rayo Vallecano-Canillas, con la Domingues y la Werner en el campo y Ronaldo en la grada?...

Domingues y Werner serían las nuevas María Callas y Renata Tebaldi, rivales mucho más allá del do de pecho, condenadas a no entenderse jamás. Milene y Susana nos refrescarían aquellos duelos sangrientos que mantuvieron Bette Davis y Joan Crawford, y que hicieron a la primera admitir "puede que exista el paraíso, pero si Joan está allí, yo no iré". Puede que para Milene sea ahora Madrid su paraíso, pero si viene Susana podría transformarse rápidamente en el infierno. Y el cielo para los publicistas.

En Deportes

    0
    comentarios